Muy discreta cuando se trata de los grandes nombres del lujo que cotizan en bolsa, la marca italiana no tiene nada de qué avergonzarse. Con sede en Corciano, un encantador pueblo de Umbría, se espera que la empresa alcance los mil millones de facturación por primera vez este año. Brunello Cucinelli opera en el segmento del ultralujo y ofrece una amplia gama de productos, desde trajes a zapatos, pasando por marroquinería y accesorios. La marca tiene la particularidad de no haber deslocalizado su producción, que se fabrica en Italia, lo más localmente posible. Una buena razón para justificar los precios desorbitados de la marca, cuando un jersey puede superar fácilmente los 1.000 euros.

El Made in Italy es un elemento importante del modelo de negocio (fuente: Brunello Cucinelli)

Brunello Cucinelli, su fundador, se ha forjado una imagen -y de paso la de su empresa- de empresario filántropo. Consciente de la importancia del bienestar empresarial, no duda en pagar a sus empleados un 20% más que el estándar del sector. En 2012, año de la salida a bolsa, distribuyó los beneficios del ejercicio entre sus empleados. Los 783 empleados recibieron entonces la suma de 6.385 euros cada uno. Un gesto lo suficientemente raro como para ser destacado. También hay que señalar que el hombre tiene un doctorado en filosofía y ética de las relaciones humanas.

En cuanto a la empresa en sí, Brunello Cucinello realiza el 62,3% de sus ventas a través de su propia red de distribución (119 tiendas) a la que se añaden 42 puntos de venta en grandes almacenes. Está presente en lugares frecuentados por una clientela adinerada. Hay boutiques en lugares como Saint-Moritz, Saint-Tropez, Lugano, Portofino, Luxemburgo, Courchevel y muchos otros. El resto de las ventas se realizan a través de revendedores. La empresa opera en todo el mundo. Sin embargo, sus ventas en Asia -el motor de los grandes grupos competidores- sólo representan el 23,5% del total.

Distribución de las ventas por zonas geográficas (fuente: Brunello Cucinelli)

La calidad de la clientela fue un factor clave para mantener los márgenes, a pesar de los aumentos de precios debidos a la inflación. En efecto, esta clientela acomodada no dudó en gastar más en los productos de lujo ofrecidos por la marca, lo que permitió a la empresa mantener márgenes equivalentes a los del periodo anterior a la pandemia. En 2022, la facturación alcanzó la cifra récord de 920 millones de euros. Tres veces más que diez años antes, lo que da una idea de la dinámica de la empresa. El margen neto fluctuó entre el 7,9% y el 10,1% a lo largo del periodo (excluido el ejercicio 2020, afectado por sucesivos confinamientos). Sin embargo, sigue siendo inferior al de los operadores más reputados, como puede verse a continuación.

Comparación de la empresa italiana con las principales casas de lujo que cotizan en bolsa (excluidas la Compagnie Financière Richemont y Prada, no representativa para 2023. Las cifras son estimadas para el ejercicio en curso.

Fuente: MarketScreener

No es nuevo: el mercado del lujo es caro. Y a veces muy caro, dado que la marca forma parte del restringidísimo club de valores de lujo italianos que cotizan en bolsa. También hay un toque de especulación sobre el valor, ya que el fundador se acerca a su 70 cumpleaños y los grandes grupos podrían verse tentados por una adquisición. No hay nada seguro en este sentido, pero los inversores tienen motivos suficientes para otorgar una prima de valoración al valor. Brunello Cucinelli es una alternativa a los gigantes del sector, pero no hay que olvidar que la empresa es más cara, menos rentable y más frágil que sus ilustres competidores.