La vuelta a la realidad es más brutal. Prueba de ello es la disminución de la capitalización bursátil y los preocupantes resultados anuales publicados el 27 de febrero.

El flujo de caja libre o "free cash-flow" disminuyó de 1.400 millones de dólares a 1.200 millones antes de las opciones sobre acciones. A un precio de 75 dólares por acción, el valor de empresa de Zoom -es decir, su capitalización bursátil ajustada al exceso de tesorería- alcanza los 16.500 millones de dólares, lo que corresponde a un múltiplo de x14 los beneficios. 

El crecimiento se ralentiza y la facturación sólo aumenta modestamente, de 4.100 a 4.400 millones de dólares entre 2021 y 2022, es decir, un 7,3% con respecto al año pasado. Está lejos del ritmo de expansión de años anteriores: 325% entre 2019 y 2020, 55% entre 2020 y 2021.

En la práctica, Zoom se ha visto superada por Microsoft Teams, que tiene más o menos el mismo número de usuarios, pero genera 8.000 millones de dólares en ingresos para el titán de Seattle. No entraremos en detalles sobre el número de usuarios reclamado por Zoom, ya que su historial de transparencia en este ámbito sigue siendo cuestionable.

El problema es la calidad de los beneficios. Como suele ocurrir en el sector tecnológico estadounidense, la totalidad de los beneficios en efectivo del último ejercicio se los comieron las opciones sobre acciones. 

Estas stock-options son curiosas en el sentido de que el CEO Eric Yuan está sobrecargado de acciones de clase B, con las opciones asociadas fijadas a un precio medio de ejercicio de 5,5 dólares. Uno podría sorprenderse de tal trato preferencial... La fortuna del Sr. Yuan está asegurada; la de los demás ejecutivos y accionistas, mucho menos.

Ante el inicio muy claro del estancamiento de sus ventas, Zoom se ha embarcado en una actividad de capital riesgo sobre la que el grupo se mantiene notablemente discreto. En los dos últimos años se le han dedicado 365 millones de dólares, además de los 150 millones gastados en adquisiciones. 

En este sentido, es todo el beneficio en efectivo después de los stock-options lo que se destina al crecimiento externo: en modo autónomo, Zoom no está por tanto aún en condiciones de generar beneficios que puedan redistribuirse a sus accionistas, esto es lo que recordaremos.

Sin embargo, el grupo sigue cotizando a x4 las ventas, lo que traiciona la hipótesis del mercado: que Zoom podría ser un objetivo de adquisición ideal para un peso pesado del software, que lo integraría en su escala y normalizaría la aberrante política de remuneración de los directivos. 

Fuente: MarketScreener