El Banco Central Europeo (BCE) confía cada vez más en recortar los tipos de interés a medida que la inflación de la eurozona sigue disminuyendo, según afirmaron el lunes tres responsables políticos del BCE.

Los responsables políticos del BCE Philip Lane, Gediminas Simkus y Boris Vujcic dijeron por separado que los últimos datos de inflación y crecimiento consolidaban su creencia de que la inflación volverá al objetivo del 2% del banco central a mediados del próximo año.

La inflación de la zona euro se situó en el 2,4% en abril y un indicador crucial de las presiones subyacentes sobre los precios se ralentizó mientras la economía protagonizaba un pequeño repunte.

"Tanto la estimación preliminar de abril para la inflación de la zona euro como la cifra del PIB del primer trimestre que se ha conocido mejoran mi confianza en que la inflación debería volver al objetivo de forma oportuna", declaró Lane, economista jefe del BCE, al diario español El Confidencial.

Simkus, gobernador del banco central de Lituania, fue más franco y afirmó que seguía esperando que el BCE redujera los tipos tres veces hasta finales de 2024.

"Mi opinión es que se avecinan otras reducciones de los tipos de interés en el futuro, pero me limitaré a dar detalles sobre cuántas, aunque ya he expresado que este año esperaría tres recortes", declaró Simkus a la prensa en Vilna.

El BCE prácticamente ha prometido un recorte de los tipos el 6 de junio y los mercados monetarios están valorando casi por completo tres recortes este año, con los operadores aumentando sus apuestas tras cierta retórica pesimista de la Reserva Federal y los débiles datos de empleo de EE.UU. a finales de la semana pasada.

Esto llevaría el tipo que el BCE paga por los depósitos bancarios de un récord del 4% al 3,25%, un nivel que la mayoría de los responsables políticos seguirían calificando de restrictivo - o de freno a la actividad económica.

"Los datos recibidos hasta ahora son bastante coherentes con nuestras previsiones", declaró el gobernador Boris Vujcic en el acto de Vilna. "Si las proyecciones se mantienen, tal y como lo vemos en este momento, yo esperaría la relajación de la postura política, pero manteniéndonos aún en el territorio restrictivo para asegurarnos de que la inflación desciende al nivel del 2%".

Aunque el BCE insiste en que no depende de la Fed, un aumento de la diferencia de tipos de interés entre los mayores bancos centrales del mundo debilitaría el euro e impulsaría la inflación europea, lo que probablemente limitaría el apetito del BCE por actuar en solitario.

Lane dijo que los datos de inflación de abril mostraban por fin un avance en los precios de los servicios, pero que el banco seguiría centrándose en los servicios para asegurarse de que no descarrilara la desinflación más adelante.

El BCE espera que fluctúe en torno a este nivel durante la mayor parte de este año, antes de volver a caer en 2025. (Reportaje de Balazs Koranyi y Francesco Canepa; Edición de Alexander Smith)