La Fed subió los tipos un cuarto de punto porcentual el miércoles, y Powell dijo que la economía aún necesitaba ralentizarse y que el mercado laboral se debilitara para que la inflación volviera "creíblemente" al objetivo del 2% del banco central estadounidense.
Los analistas esperan que el BCE suba los tipos en 25 puntos básicos y que su presidenta, Christine Lagarde, ofrezca una "orientación basada exclusivamente en los datos" -lo que significa no mencionar que es necesario un mayor endurecimiento- o que haga hincapié en la condicionalidad y la incertidumbre en los comentarios sobre la política futura.
Un escenario así podría hacer bajar los rendimientos, ya que las apuestas del mercado implican un recorte de los tipos en el primer semestre del próximo año. Por esta razón, el banco central estará muy interesado en evitar hacer comentarios pesimistas, lo que podría llevar a una relajación de las condiciones financieras.
Los mercados monetarios siguen valorando un tipo terminal justo por debajo del 4%, con los tipos a corto plazo en euros del BCE para diciembre de 2023 en el 3,86%, lo que implica expectativas de un tipo depo en el 3,96% para finales de año. Cotizan con una probabilidad de alrededor del 50% de una subida de tipos de 25 puntos básicos en septiembre. El tipo depo se sitúa actualmente en el 3,5%.
"Es muy probable que el BCE refleje el movimiento de la Fed de anoche subiendo 25 puntos básicos pero dejando septiembre completamente abierto, sujeto a los datos que lleguen", dijo Jamie Searle, estratega de tipos europeos de Citi, en una nota de investigación.
"Aún así, el mercado está obligado a buscar matices, aunque los datos de inflación flash a nivel nacional de mañana bien podrían proporcionar una mayor orientación", añadió.
Alemania, Francia y España publicarán datos sobre los precios al consumo que podrían dar pistas sobre si la tendencia de la inflación llevaría al BCE a pausar el ciclo de subidas en septiembre.
El rendimiento de la deuda pública alemana a 10 años, la referencia de la zona euro, cayó 0,5 puntos básicos hasta el 2,45%, no muy lejos de la zona media del rango de los últimos meses.
Alcanzó el 10 de julio el 2,679%, su nivel más alto desde mediados de marzo, tras permanecer por encima del 2,2% desde abril.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense subieron, y el de 10 años subió 1,5 puntos básicos (pb). El miércoles cayeron en una negociación agitada después de que la Fed dejara la puerta abierta a otra subida de tipos, que los participantes del mercado veían poco probable.
Los inversores también vigilarán los diferenciales de rendimiento entre el núcleo y la periferia, que se han mantenido planos recientemente tras estrecharse durante la mayor parte de este año.
Esperan que el BCE no cambie sus orientaciones sobre la reinversión de los pagos del principal de los títulos que vencen adquiridos en el marco del Programa de Compras de Emergencia (PEPP) hasta al menos finales de 2024.
Sin embargo, en el escenario de riesgo de cola de que el BCE mencione el endurecimiento cuantitativo del PEPP como una opción potencial, esperan que aumenten las presiones sobre los diferenciales, principalmente en Italia, ya que es el principal beneficiario de la red de seguridad del PEPP.
El banco central considera estas reinversiones como la primera línea de defensa contra una ampliación excesiva de los diferenciales de rendimiento en toda la zona euro, que podría obstaculizar el mecanismo de transmisión de la política monetaria.
El rendimiento de la deuda pública italiana a 10 años cayó 1 punto básico hasta el 4,10%, y el diferencial entre los rendimientos a 10 años de Italia y Alemania se situó en 164,5 puntos básicos. (Reportaje de Stefano Rebaudo; Edición de Toby Chopra y Bernadette Baum)
