El gasoducto argentino de Vaca Muerta, cuyo primer tramo se inauguró recientemente, aún necesita miles de millones de dólares de inversión para convertir a la tercera economía de América Latina en un proveedor mundial de combustible, según los expertos.

El gasoducto transportará gas desde Vaca Muerta, una formación de esquisto del tamaño de Bélgica en el oeste de Argentina, hasta la provincia de Santa Fe, pasando por Buenos Aires, un paso esencial para revertir el déficit comercial energético de Argentina, que asciende a 5.000 millones de dólares.

El gobierno, que espera aferrarse al poder en las próximas elecciones de octubre, suele pregonar los beneficios económicos del gasoducto y afirma que puede contribuir a la seguridad energética del país.

Sin embargo, según antiguos funcionarios, aunque el gasoducto pueda cumplir los objetivos energéticos nacionales de Argentina, se necesitan más inversiones para que convierta al país en exportador.

Argentina podría exportar la misma cantidad de gas que consume - unos 2 billones de pies cúbicos (TCF) - al año, pero para ello se necesitarían inversiones por valor de 40.000 millones de dólares, afirmó Javier Iguacel, ex ministro de Energía argentino.

"Calculo que este primer tramo del gasoducto es apenas el 5% de todo lo que hay que hacer", continuó, añadiendo que se necesitaría la construcción de nuevos gasoductos, infraestructuras portuarias y plantas de licuefacción.

La primera sección del gasoducto de 570 kilómetros se completó este mes. Una vez instaladas dos plantas de compresión, se añadirán 22 millones de metros cúbicos diarios de capacidad.

La capacidad aumentará a 44 millones de metros cúbicos diarios en 2024, cuando se complete la segunda fase de construcción.

El potencial de Vaca Muerta es mucho mayor, dijo Emilio Apud, ex secretario de Energía, añadiendo que los recursos totales de la formación se estiman en 300 TCF o el equivalente a 150 años de consumo del país.

Algunos sostienen que Argentina debería aprovechar sus vastos recursos de gas para impulsar la transición energética, porque el gas es el que menos gases de efecto invernadero emite de todos los combustibles fósiles.

La Secretaría de Energía de Argentina prevé que la demanda mundial de gas natural licuado se duplique de aquí a 2050.

BALANCE POSITIVO

Apud dijo que el gasoducto ayudará a revertir el déficit energético de Argentina, pronosticando que habrá un balance energético positivo para 2025.

Sin embargo, prosiguió, se necesitarán muchas más infraestructuras para que Argentina empiece a abastecer también a otros países:

"En los próximos 10 años tiene que haber al menos seis nuevos gasoductos, no para el mercado local sino para el mercado de exportación a través de plantas (de licuefacción)".

El gobierno actual está intentando fomentar la construcción de plantas y gasoductos de GNL, incluso mediante una legislación que ofrezca exenciones fiscales y otros beneficios.

La propuesta, que debe ser aprobada por el Congreso, está siendo estudiada actualmente por los legisladores.

"Se necesita un marco regulatorio", dijo en un comunicado Pablo González, presidente de la petrolera estatal YPF.

YPF y Petronas, de Malasia, esperan decidir en 2024 sobre una inversión conjunta de 40.000 millones de dólares en infraestructuras en Vaca Muerta, capaz de producir hasta 5 millones de toneladas métricas de GNL al año.

González dijo que el proyecto podría generar 20.000 millones de dólares anuales en exportaciones.

La empresa estadounidense de distribución de gas Excelerate Energy ha dicho que su planta de licuefacción prevista en Argentina podría entrar en funcionamiento en 2025, con una capacidad de 8 millones de metros cúbicos al día.

Empresas chinas y rusas también han mostrado interés en invertir en el sector, según declaró este mes a los legisladores la secretaria de Energía argentina, Flavia Royon. (Reportaje de Eliana Raszewksi; Redacción de Anna-Catherine Brigida; Edición de Emma Rumney)