La inflación mayorista de Japón se mantuvo estable en el 0,9% en abril, ya que la caída del yen hizo subir los costes de importación, lo que sugiere que otra oleada de subidas de precios podría empujar al banco central a subir de nuevo los tipos de interés a corto plazo.

Los analistas esperan que la inflación mayorista se acelere en los próximos meses, a medida que el efecto de los subsidios gubernamentales para frenar las facturas de los servicios públicos se desvanezca y se sume a las presiones sobre los precios derivadas del aumento de los costes de importación.

La subida interanual del índice de precios de los bienes corporativos (IPBC), que mide el precio que las empresas se cobran entre sí por sus bienes y servicios, se comparó con la previsión mediana del mercado de una subida del 0,8% y siguió a un aumento del 0,9% en marzo.

Un índice que mide los precios de los bienes de importación en yenes subió un 6,4% en abril con respecto al año anterior, tras un incremento del 1,4% en marzo, según mostraron el martes los datos del Banco de Japón (BOJ), lo que refleja las fuertes caídas recientes de la divisa.

"Es probable que aumente la presión inflacionista impulsada por el aumento de los costes de importación", afirmó Toru Suehiro, economista jefe de Daiwa Securities. "Si esa presión sobre los precios impulsada por los costes se hace demasiado fuerte, el Banco de Japón podría ver margen para subir los tipos de interés".

El BOJ puso fin en marzo a ocho años de tipos de interés negativos y a otros restos de su estímulo radical al considerar que estaba a la vista la consecución sostenida de su objetivo de inflación del 2%.

El gobernador Kazuo Ueda ha afirmado que el BOJ sólo subirá los tipos si la inflación aumenta debido a la robustez de la demanda interna y al crecimiento de los salarios, y que el banco central no responderá directamente a las subidas de precios impulsadas por los costes.

Pero también advirtió de la posibilidad de que la inflación japonesa supere las expectativas, ya que los movimientos del yen pueden estar teniendo un mayor impacto en la evolución de los precios que en el pasado.

"Si la inflación sobrepasa nuestras previsiones o si los riesgos al alza se vuelven elevados, será apropiado que ajustemos antes los tipos de interés", dijo Ueda en un discurso la semana pasada, señalando la posibilidad de otra subida de tipos a corto plazo.

Un yen débil es una bendición para los exportadores, pero también un quebradero de cabeza para los responsables políticos japoneses, ya que perjudica al consumo al elevar el coste de las importaciones de materias primas.

La inflación subyacente del consumo japonés, que es el indicador de precios clave del Banco de Japón para fijar la política monetaria, alcanzó el 2,6% en marzo, manteniéndose por encima del objetivo del 2% fijado por el banco central desde hace dos años.

Una encuesta del think tank privado Centro de Investigación Económica de Japón, realizada entre el 26 de abril y el 8 de mayo, mostró que muchos analistas proyectaban que el BOJ volvería a subir los tipos en octubre.