La Unión Europea debería fijar en una ley su plan para abandonar el gas ruso en 2027, ha dicho Lituania, en un documento visto por Reuters que los ministros de Energía de los países de la UE discutirán la próxima semana.

Las importaciones europeas de gas procedente de Rusia se han desplomado desde la invasión de Ucrania por Moscú en 2022, y la Comisión Europea ha sugerido que Europa debería poner fin a su dependencia de los combustibles fósiles rusos para 2027.

Pero los países de la UE han evitado hasta ahora aplicar sanciones a las importaciones de gas ruso o de gas natural licuado, del que siguen dependiendo en gran medida países como Austria y Hungría.

Un documento redactado por Lituania, visto por Reuters el jueves, sugería a la Comisión Europea que propusiera una legislación para imponer 2027 como fecha límite dura para que los países eliminen gradualmente el gas ruso y el GNL.

La idea sería dar a los gobiernos nacionales fundamentos jurídicos más firmes para recortar las importaciones rusas -por ejemplo, rescindiendo los contratos a largo plazo del gas ruso- y evitar al mismo tiempo el uso de sanciones.

"Dicha legislación debería facultar a los Estados miembros para adoptar las medidas necesarias a nivel nacional para cumplir dicho plazo", afirma el documento.

Los ministros de Energía de los países de la UE debatirán la cuestión en una reunión que se celebrará el lunes en Bruselas.

La UE también está en proceso de aprobar unas normas para el mercado del gas que permitirían a los países bloquear las importaciones rusas impidiendo que las empresas rusas reserven capacidad en sus infraestructuras de gas y GNL.

Pero algunos países de la UE han dicho que no está claro si pueden utilizar esta opción, que podría tener efectos dominó fuera de las fronteras del país importador. Por ejemplo, tanto Bélgica como España importan GNL ruso y luego envían el combustible a compradores de otras naciones.

Las importaciones europeas de gas procedente de Rusia por gasoducto se han desplomado desde que comenzó la guerra de Ucrania, pero no así las de GNL. (Reportaje de Kate Abnett; Edición de Josie Kao)