Por Eric Onstad y Julian Luk

LONDRES (Reuters) - El repunte relámpago del cobre a máximos históricos podría no ser sostenible en las próximas semanas, porque el motor ha sido más en el envío de material para cubrir posiciones cortas en el mercado de futuros Comex estadounidense que la tibia demanda del principal consumidor, China.

Los precios en el Comex del Grupo CME alcanzaron un récord la semana pasada, mientras que el cobre de referencia en la Bolsa de Metales de Londres (LME) se disparó el lunes a un máximo histórico de 11.104,50 dólares la tonelada métrica, tras haber subido un 28% en lo que va de año.

Los analistas dicen que los fundamentos del cobre a largo plazo son sólidos, con una perspectiva alcista vinculada a la demanda en los próximos años para la transición energética limpia mundial y un mayor uso de la inteligencia artificial (IA).

La demanda choca con una oferta limitada, lo que ha provocado una carrera entre los mineros por tener proyectos de alta calidad.

La actual carrera alcista parece estar en terreno inestable, motivada por una fuerte actividad especulativa y una carrera para cubrir grandes posiciones cortas de operadores, es decir, apuestas a que el cobre iba a bajar.

Al menos 100.000 toneladas métricas de cobre están en camino a la bolsa estadounidense CME, dijeron el lunes a Reuters dos fuentes con conocimiento directo, lo que permitirá a las partes cubrir posiciones bajistas y reducir la temperatura del mercado.

"Por el momento, es pura especulación más que demanda real", dijo Robert Montefusco, de la correduría Sucden Financial. "Todo depende de si esa demanda se convierte en real, porque una vez que salgan los especuladores, simplemente caerá".

En Comex, hubo una posición corta neta total de 7.525 contratos u 85.334 toneladas, según los datos el viernes.

Sin embargo, hubo una gran diferencia entre la posición larga neta de los especuladores, de 72.785 contratos (825.382 toneladas), y la posición corta neta de los productores, de 91.502 contratos (1,04 millones de toneladas).

ENVÍOS DESDE AMÉRICA DEL SUR

Fuentes han informado a Reuters que operadores de materias primas como Trafigura e IXM, así como productores de cobre chinos, se encuentran entre los atrapados en posiciones cortas en Comex.

Muchos de ellos han organizado envíos de cobre a Estados Unidos, desde productores de Chile y Perú, redirigiendo barcos que iban a China con contratos de largo plazo y han retirado algo de cobre de las bodegas del LME.

Se espera que más de 20.000 toneladas procedentes de Chile lleguen a Estados Unidos a finales de mayo, y que volúmenes mayores desembarquen en junio y julio, según dos fuentes productoras.

Sin embargo, la transferencia de cobre de los almacenes registrados en la LME a Comex podría ser limitada. El cobre chino y ruso, que representa el 67% de las existencias de la LME, no puede entregarse en Comex.

Hay 17.250 toneladas de cobre producido en Chile, Perú y Australia que están exentas de derechos de aduana estadounidenses y se encontraban en el sistema de la LME a finales de abril, según  datos de la bolsa.

CONSUMIDORES Y FUNDIDORES CHINOS SE CONTIENEN

El consumo en China, que representa alrededor de la mitad de la demanda mundial de cobre, es mediocre debido a un sector inmobiliario en dificultades y a que los consumidores industriales se resisten a los precios récord.

China anunció el viernes medidas "históricas" para estabilizar su sector inmobiliario, afectado por la crisis, pero hará falta tiempo para que se recupere un sector que suele ser un gran consumidor de metales industriales.

Por el momento, las señales son sombrías, con la prima del cobre Yangshan, que refleja la demanda por cobre importado en China, rondando cero tras hundirse a -5 dólares la tonelada la semana pasada, lo que a su vez se compara con los 60 dólares de marzo.

Gran parte de la posible demanda china está en suspenso y podría ponerse en marcha a precios más bajos, dijo JPMorgan en una nota el lunes.

Los inversores y analistas siguen siendo alcistas a medio y largo plazo debido al aumento de la demanda mundial y a las interrupciones en el suministro de las minas.

(Reporte de Eric Onstad, Julian Luk y Pratima Desai, edición en español de Javier López de Lérida)