NUEVA YORK, 21 feb (Reuters) -Un jurado de Nueva York escuchó el miércoles descripciones opuestas del expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, en el inicio del juicio por narcotráfico en su contra en Estados Unidos, entre versiones de fiscales de que traficantes de drogas alimentaron su ascenso al poder y de la defensa de que testigos lo estaban incriminando en venganza por su luchas contra los carteles.

A pesar de su dura postura pública sobre las drogas y la cooperación con Estados Unidos mientras estuvo en el cargo de 2014 a 2022, el fiscal David Robles dijo que Hernández, de 55 años, en realidad estaba trabajando "mano a mano" con los traficantes que le pagaron millones de dólares en sobornos para ayudar a enviar toneladas de cocaína al país norteamericano.

"Entre bastidores él se aseguraba de que los narcotraficantes que le eran leales estuvieran protegidos", dijo Robles en el juicio celebrado en un tribunal federal de Manhattan. "Abusó del poder de su país -el Ejército, la Policía, el sistema judicial- para proteger y apoyar a esos traficantes".

El exmandatario se ha declarado no culpable. En su declaración de apertura, el abogado defensor Renato Stabile instó a los miembros del jurado a descartar el testimonio de criminales convictos que buscaban venganza por las políticas antidroga de Hernández, que incluían leyes para confiscar los bienes de los traficantes y extraditarlos a Estados Unidos.

"Es el señor Hernández quien promulgó todas esas leyes que les dejaron fuera del negocio", afirmó Stabile, y sostuvo que los testigos colaboradores de la fiscalía también esperaban rebajar sus propias penas de prisión.

"Poner en el estrado a asesinos y narcotraficantes que han hecho tratos y hacer que señalen con el dedo al señor Hernández no es una prueba más allá de toda duda razonable", agregó.

Honduras recibió más de 50 millones de dólares en asistencia antinarcóticos de Estados Unidos y decenas de millones más en ayuda militar y de seguridad durante la presidencia de Hernández, y obtuvo el apoyo del expresidente Donald Trump para tomar medidas enérgicas contra las drogas y la migración.

"El presidente Hernández está trabajando con Estados Unidos muy de cerca", dijo Trump en un discurso el 7 de diciembre de 2019. "Sabe lo que está pasando en nuestra frontera sur. Y estamos ganando después de años y años de perder. Estamos deteniendo drogas a un nivel que nunca ha ocurrido".

Sin embargo, tres meses después de que Hernández dejara el cargo, fiscales federales en Manhattan lo acusaron de tres cargos de conspiración de narcotráfico y posesión criminal de armas. El fiscal general Merrick Garland dijo que abusó de su poder para conducir al país como un "narcoestado".

Entre los traficantes a los que Hernández protegía, según Robles, estaba su hermano, el ex congresista Tony Hernández, quien fue condenado por cargos de drogas en Estados Unidos en 2019 y sentenciado a cadena perpetua.

Stabile señaló que Tony Hernández pudo haber usado el nombre de su hermano en conversaciones con otros para lustrar sus credenciales, pero no había evidencia de que le diera dinero al exmandatario centroamericano.

A principios de febrero, dos coacusados que inicialmente iban a ser juzgados junto a Hernández -su primo Mauricio Hernández y el exjefe de la Policía Nacional de Honduras Juan Carlos Bonilla- se declararon culpables de narcotráfico.

El exgobernante hondureño se enfrenta a una pena mínima obligatoria de 40 años y hasta cadena perpetua si es declarado culpable de todos los cargos. El juicio comenzó el martes con la selección del jurado y se espera que dure entre dos y tres semanas.

(Reporte de Luc Cohen en Nueva York; Editado en español por Raúl Cortés Fernández)