El dólar se mantuvo estable el lunes, mientras los inversores esperaban nuevas pistas que les ayudaran a trazar la senda de los tipos de interés en Estados Unidos, tras los cautelosos comentarios de los funcionarios de la Reserva Federal, a pesar de que la inflación muestra signos de enfriamiento.

El yen japonés se mantenía plano en 155,74 por dólar, con los operadores alerta ante cualquier indicio de intervención gubernamental. La divisa se ha movido en rangos estrechos en las dos últimas jornadas bursátiles, tras un tumultuoso comienzo de mayo a raíz de presuntas rondas de intervenciones monetarias por parte de Tokio para apuntalar el yen.

Los datos de la semana pasada mostraron que los precios al consumo en EE.UU. subieron en abril menos de lo esperado, lo que llevó a los mercados a descontar 50 puntos básicos (pb) de relajación, o al menos dos recortes de tipos este año, pero varios funcionarios de la Fed han pronunciado palabras de cautela sobre cuándo pueden bajar los tipos.

Eso ha llevado a los operadores a recortar la cantidad de flexibilización prevista este año a unos 46 pb, con sólo un recorte de tipos en noviembre totalmente descontado.

La atención se centrará ahora en el próximo informe sobre el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE) -el indicador preferido de la Fed para medir la inflación- que se publicará el 31 de mayo.

"La Fed no dispondrá de suficientes datos para la reunión de junio o julio como para tener la confianza suficiente para recortar los tipos", afirmó Brian Jacobsen, economista jefe de Annex Wealth Management.

"Cuando llegue agosto, el presidente (de la Fed) Powell podría aprovechar la conferencia de Jackson Hole para explicar sus ideas sobre el camino a seguir, preparando un recorte en septiembre. Esperemos que los datos cooperen".

Los mercados también se centrarán en las actas de la última reunión de la Fed que se publicarán el miércoles. Los índices PMI de la zona euro, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos también se publicarán esta semana, junto con una lista repleta de oradores de la Fed.

Aunque el informe del IPC de abril habrá animado a la Fed, el banco central estadounidense necesitará un poco más de convencimiento de que la inflación se dirige de nuevo a su objetivo del 2% de forma sostenible antes de plantearse una política de relajación, según los analistas de ANZ.

El lunes, el euro subió un 0,13% a 1,08825 dólares, acechando el máximo de casi dos meses de 1,0895 dólares que tocó la semana pasada. La moneda única ha subido un 2% en lo que va de mayo, lo que supone su mejor resultado mensual desde noviembre.

Los mercados están valorando actualmente en 66 puntos básicos la relajación del Banco Central Europeo este año, y el banco central dejó claro el mes pasado que su próximo movimiento será un recorte, muy probablemente en junio.

Lo que venga después sigue sin estar claro, y los funcionarios piden cautela.

El índice del dólar, que mide la divisa estadounidense frente a seis rivales, apenas varió a 104,44. El índice, que ha bajado un 1,7% este mes, se encamina a su rendimiento mensual más débil de este año.

En otras divisas, la libra tocó un máximo de dos meses de 1,2711 dólares antes del crucial informe sobre la inflación en el Reino Unido que se publicará el miércoles. Los mercados están valorando en 56 puntos básicos los recortes del Banco de Inglaterra, el primero de los cuales se espera para junio.

Paul Mackel, jefe global de investigación de divisas de HSBC, dijo que se ha entendido bien desde la última reunión del BoE que el escenario de recorte de tipos de junio depende de los datos del IPC de esta semana y del próximo informe de inflación previsto para el 19 de junio. El BoE se reunirá el 20 de junio.

El dólar australiano subió un 0,18%, a 0,67055 dólares, rondando su máximo de cuatro meses, mientras que el dólar neozelandés cotizó por última vez a 0,61295 dólares, no lejos de su máximo de dos meses.

El Banco de la Reserva de Nueva Zelanda decidirá su política el miércoles y se espera que mantenga su tipo de interés de referencia en el 5,5%, siendo la cuestión clave si cambiará las perspectivas previstas para los tipos hasta el año que viene.

El repunte del kiwi podría verse reforzado si el RBNZ desafía las expectativas del mercado de flexibilización de la política para finales de año en su próximo anuncio, según Charu Chanana, jefe de estrategia de divisas de Saxo.