Japón anunció un recorte del gasto global por primera vez en 12 años en su presupuesto fiscal 2024/25, en medio de especulaciones sobre la posibilidad de que el banco central abandone pronto más de dos décadas de política monetaria ultra flexible.

El presupuesto para el próximo año fiscal que comienza en abril se estima en 112,07 billones de yenes (787.000 millones de dólares), un 2% menos que la cantidad inicial del año actual de 114,4 billones de yenes.

Aún así, el tamaño del presupuesto se mantiene por encima de los 110 billones de yenes durante dos años consecutivos, en medio de las presiones de gasto en desembolsos militares para hacer frente a las amenazas de China y Corea del Norte y los costes de bienestar para la sociedad japonesa que envejece rápidamente.

La tercera economía del mundo se encuentra bajo presión para restablecer su salud fiscal ante la subida de los tipos de interés después de que el estímulo y el gasto prolongados empeoraran las deudas del país, la carga de deuda pública más pesada del mundo industrializado.

Al estimar los costes de endeudamiento, el gobierno adoptó tipos de interés más altos en el plan presupuestario para el próximo año fiscal, lo que supondría la primera subida en 17 años.

El plan muestra su dependencia de la deuda en un 31,2%, lo que significa que la venta de nuevos bonos representa un tercio del presupuesto.

Más de dos décadas de tipos de interés superbajos han relajado la disciplina fiscal en un país que ahora carga con una deuda pública que duplica con creces el tamaño de la economía como resultado de las rondas de estímulo fiscal.

"El grueso de los recortes del gasto procede de la reducción de las reservas de emergencia impulsada por el COVID. Excluyendo estos factores, la reforma del gasto ha avanzado poco", afirmó Takahide Kiuchi, economista del Instituto de Investigación Nomura.

"Los responsables políticos deben tener sentido de la crisis y orientar una política fiscal responsable mientras el Banco de Japón normaliza la política monetaria. Unas subidas inesperadas de los tipos agravarían aún más las finanzas públicas".

El Ministerio de Finanzas elevó los tipos de interés supuestos al 1,9% desde el 1,1% actual, por primera vez en 17 años. Los tipos supuestos se utilizan para calcular el coste de los pagos de intereses.

Los tipos supuestos más altos elevarían aún más los costes del servicio de la deuda hasta los 27 billones de yenes en el ejercicio fiscal 2024/25, un 7% más que este año.

Los analistas afirman que es poco probable que Japón cumpla su objetivo de situar el saldo presupuestario primario, excluyendo las ventas de nuevos bonos y los costes del servicio de la deuda, en números negros para el cierre del ejercicio fiscal en marzo de 2026.

"Lo importante es presentar un plan creíble para restablecer las finanzas públicas aunque ello provoque un retraso en la consecución del objetivo", declaró Takuya Hoshino, economista senior del Instituto de Investigación Dai-ichi Life.

"Creo que van a revisar el objetivo tarde o temprano", afirmó Hoshino. "Es probable que retrasen el objetivo de PB".

(1 $ = 142,4400 yenes) (Reportaje de Tetsushi Kajimoto; Edición de Jacqueline Wong)