Por Howard Schneider

WASHINGTON (Reuters) - Los datos de esta semana ofrecieron a la Reserva Federal estadounidense buenas noticias en dos frentes, pero los responsables monetarios aún no han cambiado abiertamente de opinión sobre el calendario de recortes de tasas que los inversores están convencidos de que comenzarán este año.

Los comentarios de los funcionarios de la Fed, incluido el vicepresidente del Comité Federal de Mercado Abierto y presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, reconocieron el giro positivo de esta semana cuando se publicó que los precios al consumidor subieron más lentamente de lo esperado en abril, y que el gasto minorista no había aumentado durante el mes, una posible señal de moderación de los consumidores.

Pero eso aún no ha llevado a los funcionarios monetarios a decir nada concreto sobre cuándo podrían bajar las tasas, indicando como hizo el presidente de la Fed, Jerome Powell, esta semana que, si bien la perspectiva de referencia seguía siendo que la inflación caería, no confiaban plenamente en ella después de tres meses en los que los datos de inflación decepcionaron.

"No veo ningún indicador que me diga (...) que hay una razón para cambiar la postura de la política monetaria ahora", dijo Williams en una entrevista con Reuters, añadiendo que no esperaba que la razón para un recorte de tasas se diera "en el muy corto plazo".

En declaraciones a la CNBC el jueves, el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, dijo que la cifra de ventas minoristas de abril sigue sugiriendo que el gasto está creciendo a un ritmo "bueno", aunque no sea "genial", y señaló que las empresas, sobre todo en el sector servicios, le dicen que siguen planeando subidas de precios.

"Creo que vamos por el buen camino. Creo que la inflación está bajando", dijo Barkin.

Pero "para llegar al 2% de forma sostenible va a hacer falta un poco más de tiempo", dijo, ya que la demanda de los consumidores está perdiendo más "filo" y las empresas del sector servicios están recibiendo el mensaje, como muchas del sector de bienes, de que los clientes dejarán de comprar si los precios suben demasiado.

"Los clientes y los competidores van a tener que enseñar a la gente que no tienen poder de fijación de precios", afirmó Barkin.

La presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester, dijo que seguía considerando "decepcionante" los avances en inflación este año y, mencionó el reciente aumento de las expectativas del público sobre la inflación a corto plazo. Si las expectativas a largo plazo también empiezan a aumentar, la Fed podría tener que estar abierta a nuevas subidas de tipos, agregó.

Mantener la tasa de interés oficial entre el 5,25% y el 5,5%, donde ha estado desde julio, "es prudente (...) mientras se aclara la senda de la inflación", dijo Mester. "Si la evolución de la inflación y las expectativas de inflación lo justifican, los responsables monetarios tendrán que estar abiertos a endurecer aún más la política".

Sin embargo, al igual que otros funcionarios, Mester afirmó que ese no era su caso base, y que el informe de abril sobre el índice de precios al consumidor era el primero en cuatro meses que podría mejorar la fe de las autoridades en que la caída de la inflación del año pasado podría reanudarse y estabilizarse lo suficiente como para poner a su alcance su objetivo del 2%.

El presidente de la Reserva Federal de Chicago, Austan Goolsbee, dijo en particular que la ralentización de la inflación de la vivienda en abril le dejaba "optimista" en cuanto a que el ritmo de subida de los precios seguirá bajando.

Sin embargo, el flujo de datos entre ahora y las próximas reuniones de la Fed deja a los funcionarios con un estrecho margen para argumentar la necesidad de un recorte de tasas en cualquier momento antes de la reunión del banco central del 17-18 de septiembre, el actual momento favorito de las apuestas entre los inversores en contratos vinculados a la tasa de política monetaria de la Fed.

Hasta la reunión del 11 y 12 de junio, los responsables de la Fed sólo recibirán un informe más sobre el índice de precios de los gastos de consumo personal, la estadística utilizada para fijar el objetivo del 2%. El índice subió un 2,7% anual en marzo y, dado que ya se conocen muchos de los componentes del informe de abril, los analistas esperan pocos cambios, si es que hay, cuando se publiquen los nuevos datos el 31 de mayo.

Sin embargo, para su reunión del 30-31 de julio, los funcionarios habrán recibido un conjunto completo de datos sobre el comportamiento de la economía durante el primer semestre del año, incluidos los informes sobre inflación y empleo hasta junio, y un reporte sobre crecimiento económico y costos de empleo para el segundo trimestre del año.

Si los datos siguen mostrando un descenso de la inflación, los responsables podrían modificar lo que ha sido una referencia permanente en su comunicado de política monetaria a una inflación "alta", un cambio que, según los analistas, será necesario para abrir la puerta a recortes de tasas.

A la reunión de julio le seguirá en agosto la conferencia anual de la Fed en Jackson Hole, un foro que los presidentes de la Fed han usado a menudo para dar forma a las expectativas del público sobre la política monetaria.

(Reporte de Howard Schneider; Editado en Español por Manuel Farías)