Según un informe de la Comisión de Economía y Seguridad EEUU-China, las empresas chinas están aumentando sus compras de equipos estadounidenses de fabricación de chips semiconductores para producir componentes avanzados, a pesar de las restricciones a la exportación impuestas por la administración Biden en octubre de 2022. Estas medidas están diseñadas para impedir que los fabricantes chinos accedan a herramientas de producción de chips de 14 nanómetros o menos.

El informe de 741 páginas señala las limitaciones de las restricciones, en particular la dificultad de verificar el uso final de los equipos, lo que permite a los importadores adquirirlos con el pretexto de que se utilizarán para líneas de producción más antiguas. Esta situación plantea dudas sobre la capacidad de Huawei para desarrollar un chip de 7 nanómetros para su smartphone Mate 60 Pro con SMIC, el principal fabricante de chips de China, a pesar de las prohibiciones a la exportación.

Huawei y SMIC, añadidos a una lista de restricciones comerciales en 2019 y 2020, en teoría deberían verse privados de ciertas tecnologías estadounidenses. Sin embargo, el informe sugiere que SMIC podría haber adquirido el equipo necesario antes de las normas de octubre de 2022 o por otros medios en el extranjero.

Estados Unidos, Países Bajos y Japón, en guardia

Estados Unidos ha logrado convencer a sus aliados, Japón y los Países Bajos, para que introduzcan restricciones similares, cerrando así una importante laguna jurídica. Sin embargo, China ha aprovechado el retraso entre las medidas estadounidenses y las de sus aliados para acumular reservas. Entre enero y agosto de 2023, China importó de los Países Bajos equipos por valor de 3.200 millones de dólares, un 96,1% más que el año anterior.

Los Países Bajos albergan a dos de los mayores productores mundiales de este tipo de equipos, ASML y ASM International. Los Países Bajos son uno de los principales proveedores, entre ellos Tokyo Electron, Applied Materials, LAM Research y KLA.

El informe no propone ninguna recomendación específica para colmar las lagunas de la normativa estadounidense, pero sugiere que el Congreso solicite una evaluación anual de la eficacia de los controles sobre las exportaciones a China.