El pasado mes de agosto, el mercado se dispuso a quemar Adyen por haber roto el ciclo de su éxito bursátil. Escribimos sobre ello aquí y acá. Los inversores se habían vuelto demasiado complacientes con la fintech holandesa, y los analistas habían olvidado principios básicos de prudencia, embriagados por la subida de la compañía. Como resultado, todos se encontraron desnudos con los pies en el barro cuando bajó la marea, por utilizar la acertada frase de Warren Buffett. Asqueados, los inversores vendieron, mientras los analistas recortaban sus valoraciones (el precio objetivo medio cayó de 1630 a 1150 euros el 18 de agosto). Cuando se va demasiado lejos en una dirección, se suele ir demasiado lejos en la otra. Así que quemamos a nuestros ídolos.

Adyen abrió con un +35%, una subida alucinante, probablemente tanto como la caída del verano. El grupo ha revisado a la baja algunas previsiones, pero no hasta el nivel de catástrofe que algunos esperaban. Al parecer, el mercado lo considera más realista. No entraré en detalles, pero esta mañana he visto que se han elevado algunos objetivos de precios. No recuperaremos los 500 euros perdidos en agosto, pero las cosas van en otra dirección. El mayor cambio de esta mañana ha sido el cambio de Wells Fargo de infraponderar a sobreponderar, con un precio objetivo aumentado de 650 euros a 1.000 euros.