Un portavoz del aeropuerto no pudo confirmar el informe del Telegraaf, que citaba fuentes políticas y del sector.

"Todavía estamos consultando con todas las compañías aéreas y los operadores turísticos para ver qué detalles podemos compartir sobre la cancelación de vuelos o la disminución de viajeros en el aeropuerto", dijo este verano Dennis Muller, quien añadió que se esperaba que el aeropuerto emitiera una actualización el viernes por la mañana.

"Por ahora no hay noticias".

Los aeropuertos de toda Europa han sufrido problemas de mano de obra y de logística al aumentar los viajes de los pasajeros tras el fin de los cierres de COVID-19. Compañías aéreas como Lufthansa y easyJet ya han anunciado planes de reducción de vuelos para este verano.

Un portavoz de KLM, la rama holandesa de Air France-KLM, dijo que KLM no haría comentarios hasta que Schiphol revele su plan.

Los viajes en Schiphol, uno de los aeropuertos más concurridos de Europa, se han visto interrumpidos con frecuencia desde abril debido a la escasez de trabajadores de seguridad y manipuladores de equipaje. Se han cancelado cientos de vuelos y las largas colas se han convertido en una rutina.

En mayo, el aeropuerto dijo que estaba intentando desplazar parte del tráfico a los aeropuertos regionales y que estaba considerando una reducción forzosa del horario de vuelos como "último recurso".

La alemana Lufthansa tiene previsto cancelar 900 vuelos nacionales y europeos en sus centros de operaciones de Fráncfort y Múnich en julio, los viernes, sábados y domingos, un 5% de su capacidad. Su aerolínea de bajo coste Eurowings suprimirá cientos de vuelos en el mismo periodo.

EasyJet en Alemania suprimirá unos 12 vuelos diarios desde y hacia el aeropuerto de Berlín -un total de 1.000- del 1 de junio al 31 de agosto.

Transavia, la filial de bajo coste de Air France-KLM, ha dicho que reducirá su programa de verano en unos 500 vuelos debido a su propia escasez de mano de obra.