El mayor fabricante de amoníaco y urea de Alemania, SKW Piesteritz, que depende del gas natural como materia prima clave, dejó de producir hace unas dos o tres semanas para evitar más pérdidas y está a punto de vender los inventarios de AdBlue que le quedan, dijo un portavoz a Reuters.

"Nos estamos quedando sin existencias. Estamos vaciando nuestros inventarios porque ya no estamos produciendo", dijo.

El AdBlue es necesario en los modernos motores diésel de camiones y autobuses para cumplir con las normas de escape de óxidos de nitrógeno. Alemania depende especialmente del AdBlue debido a la gran proporción de turismos diésel que circulan por sus carreteras.

La crisis energética a la que se enfrenta Europa se ha agudizado después de que la semana pasada la rusa Gazprom suspendiera indefinidamente el suministro de gas a Alemania a través del gasoducto Nord Stream 1.

"Todavía no hemos podido constatar una escasez real, pero estamos preparados para ello y recurriremos a medidas si es necesario para mantener disponible esta importante sustancia", dijo un portavoz del Ministerio de Economía en una rueda de prensa periódica en Berlín, añadiendo que el gobierno vigilaría el mercado, entre otros que dependen en gran medida del gas.

Las importaciones desde el extranjero pueden ser una opción y los productores podrían optar a una financiación estatal de emergencia, añadió.

En el mercado del AdBlue, SKW Piesteritz compite con empresas como BASF y la noruega Yara, que tienen grandes plantas en Alemania de amoníaco y la sustancia relacionada urea.

Estas materias primas químicas básicas también desempeñan un papel clave en la fabricación de fertilizantes nitrogenados, así como de algunos plásticos de ingeniería. Los reactores químicos también producen dióxido de carbono (CO2) de gran pureza como subproducto, necesario para las industrias cárnica y de bebidas gaseosas.