Faury afirmó que el grupo aeroespacial y de defensa europeo tiene la fuerza financiera necesaria para financiar el desarrollo de dos programas, el sucesor del A320 y un avión de corto recorrido propulsado por hidrógeno, gracias en parte a su sólida cartera de pedidos. Sin embargo, añadió en una entrevista al FT: "Puede que necesitemos apoyo".

Dos programas en estudio

Airbus ya está recibiendo fondos de investigación de los gobiernos europeos para explorar tecnologías para un avión que podría sustituir al A320 en la segunda mitad de la próxima década. La empresa también trabaja en un avión de menor autonomía propulsado por hidrógeno, que entraría en servicio en 2035. Ninguno de los dos programas se ha lanzado aún oficialmente, un proceso que requerirá miles de millones de euros de financiación. Faury se declaró "muy comprometido" con un modelo de financiación anterior en el que los gobiernos europeos concedían préstamos para la construcción de nuevos aviones, reembolsables cuando se alcanzaban determinados niveles de pedidos.

Forcejeo con Washington y Boeing

Cualquier nueva asociación de este tipo con las capitales europeas podría poner a prueba un acuerdo de 2021 destinado a poner fin a años de disputas comerciales transatlánticas. En virtud del acuerdo, ambas partes se han comprometido a que la futura financiación de la investigación y el desarrollo no perjudique a la otra. Desde entonces, Airbus y Boeing han empezado a trabajar en nuevos proyectos, sobre todo para sustituir sus gamas insignia, las familias A320neo y B737MAX.

Mucho por hacer en diciembre

Además, fuentes del sector sugieren que Airbus entregó 64 aviones en noviembre, un 6% menos que en el mismo mes de 2022, con lo que el total de entregas se situaría en 623 unidades desde principios de año. Esto supondría un déficit de 97 entregas en diciembre para alcanzar el objetivo de 720 entregas en el conjunto del año. Difícil, pero no imposible: el fabricante ha entregado una media de 93 aviones en diciembre en los últimos tres años, e incluso 131 unidades en diciembre en los tres años anteriores a la pandemia, cuando las cadenas de suministro funcionaban con más fluidez.