Por Lingling Wei y Keith Zhai 
   THE WALL STREET JOURNAL 
 

Semanas antes de que Didi Global Inc saliera a bolsa en Estados Unidos, el regulador chino de la ciberseguridad sugirió a este gigante del transporte de viajeros con conductor que retrasara esta operación y le instó a llevar a cabo un examen exhaustivo de su red de seguridad, según fuentes con conocimiento de la situación.

Pero para Didi, esperar habría sido problemático y como lo que hubo fue una sugerencia y no una orden, la OPV siguió adelante.

La compañía, bajo presión de los inversores para que debutara en bolsa tras captar miles de millones de dólares de importantes inversores en capital riesgo, llevó a cabo su presentación previa a la oferta en cuestión de días en junio, un plazo mucho menor del habitual en las firmas chinas. La salida a bolsa en el Mercado de Valores de Nueva York captó unos US$4.400 millones y fue la mayor operación de este tipo llevada a cabo por una empresa china desde el debut bursátil de Alibaba Group Holding Ltd en 2014.

En Pekín, las autoridades, y sobre todo la Administración del Ciberespacio de China, seguían temerosas de que la ingente cantidad de datos que almacenaba la compañía pudieran caer en manos extranjeras como consecuencia de la obligación de hacer pública más información que acompaña a la cotización de valores en Estados Unidos, de acuerdo con las fuentes.

Los ADS de Didi comenzaron a negociar el miércoles en Nueva York, el día antes de que el Partido Comunista en el poder celebrara su centenario. La Administración del Ciberespacio esperó al día después de ese importante hito político para asestar un doble golpe a la compañía. El viernes, comenzó su propia revisión de la ciberseguridad de Didi e impidió que la aplicación de la compañía aceptara nuevos usuarios; y el domingo, ordenó a las tiendas de aplicaciones móviles que retiraran a Didi de sus catálogos.

Estas inesperadas medidas del regulador, que sorprendieron a los inversores porque se tomaron apenas unos días después de la OPV de la compañía, dan a entender que la protección de la seguridad nacional choca frontalmente con las ambiciones de Pekín de convertir la marcha China en algo mundial.

Según fuentes conocedoras de las discusiones, la empresa recibió señales contradictorias de distintas agencias estatales. Algunos reguladores financieros han apoyado públicamente las salidas a bolsa de compañías en el extranjero, aunque también han hecho hincapié en que es fundamental proteger los datos y las redes sensibles.

No se sabe si Didi llevó a cabo su propia revisión. La compañía decidió seguir adelante con la OPV porque cada vez recibía más presión de los inversores para que la retribución fuera elevada, indicó una fuente cercana a la compañía.

El meollo del asunto es la soberanía de los datos. Desde finales del año pasado, el presidente chino, Xi Jinping, ha puesto el foco de la regulación en el mayor control del sector tecnológico y sus grandes cantidades de datos digitales. Intervino personalmente para impedir la salida a bolsa prevista de la filial de tecnología financiera del gigante Alibaba, Ant Group Co, apenas unos días antes de su OPV prevista en noviembre.

Poco después, varios reguladores financieros y del mercado iniciaron una campaña para contener a los gigantes tecnológicos del país, como Alibaba, el conglomerado Tencent Holdings Ltd y la firma de búsquedas online Baidu Inc. Esto demuestra que esos gigantes tecnológicos, con todos los datos que atesoran, el enorme capital que manejan y su presencia en todos los aspectos de la vida china, se han convertido en un problema de seguridad nacional para los líderes del país.

En mayo, la legislatura china aprobó una ley de seguridad de datos que dará al Estado más poder para obligar a las firmas privadas del país a compartir datos con las autoridades pero limitará su capacidad de enviar información al extranjero. Dicha ley entra en vigor el 1 de septiembre.

Detrás de este temor por la seguridad está la creciente competencia geopolítica entre Estados Unidos y China.

Una de las cosas que más preocupa a la autoridad de la ciberseguridad china, según las fuentes conocedoras de la situación, es una solicitud estándar estadounidense de que las empresas que buscan salir a bolsa en el país desvelen a la Comisión de Bolsa y Valores --SEC, por sus siglas en inglés-- "contratos materiales", o información relativa a sus principales proveedores y distribuidores.

La ley china considera a las empresas de transporte como Didi "proveedores de infraestructura crítica", ya que la información geográfica y los datos sobre flujos de tráfico que almacenan podrían considerarse sensibles.

Con todo, hasta ahora, las medidas de Pekín contra Didi no suponen un bloqueo total de la OPV del grupo. En un momento en que la economía china se ralentiza, esta compañía, que da trabajo a decenas de millones de conductores, ha resultado ser un importante generador de empleo en las grandes ciudades.

-Escriba a Lingling Wei a lingling.wei@wsj.com y Keith Zhai a keith.zhai@wsj.com

Versión española de María Elsa González maria.gonzalez@dowjones.com

Editado por NUC

(END) Dow Jones Newswires

July 06, 2021 05:24 ET (09:24 GMT)