Esta nueva dirección estratégica marca un punto de inflexión para Apple, que abandona su ambición de construir un coche eléctrico para concentrarse en la tecnología de IA generativa.

El proyecto, que empleaba a unas 2.000 personas, llegó a un punto crítico en las últimas semanas, lo que llevó a la decisión de cancelar la producción de un coche que, según los rumores, se vendería a unos 100.000 dólares. Aunque no se han descartado los despidos, se espera que la mayoría de los empleados afectados sean reasignados a otros puestos dentro de la empresa.

El "Proyecto Titán", que había suscitado muchas especulaciones y expectativas, queda cerrado, lo que deja margen para centrarse más en la inversión en IA, un área en la que Apple puede haberse quedado rezagada respecto a otras grandes plataformas.

Apple ha invertido miles de millones de dólares en investigación y desarrollo para desarrollar un vehículo eléctrico y ha sufrido varias reestructuraciones de equipo a lo largo de los años. Han circulado rumores de asociaciones con fabricantes de automóviles e incluso adquisiciones industriales, pero nunca llegaron a materializarse.

Centrarse en la IA

La decisión de Apple de centrarse en la IA generativa, una tecnología que crea contenidos (texto, imágenes, sonido) a partir de consultas en lenguaje natural, refleja la tendencia actual en Silicon Valley. Gigantes tecnológicos como Google, Microsoft, Meta y Amazon compiten ferozmente por desplegar agentes y herramientas de creación de IA.

Aunque Apple se ha mantenido discreta sobre sus avances en IA, con la excepción de sus herramientas de edición fotográfica, la compañía parece ahora dispuesta a redoblar sus esfuerzos en este campo, siguiendo los pasos de sus competidores.

El VE, una apuesta ahora embotellada

Este giro se produce en un momento en el que varios fabricantes de automóviles estadounidenses están frenando su inversión en vehículos eléctricos, ante una demanda que no crece tan rápido como se esperaba. Los fabricantes europeos también se hacen preguntas, mientras que las empresas emergentes asiáticas preparan sus armas para penetrar en los mercados occidentales. Incluso la estrella del sector, Tesla, ya no es profeta en su tierra: la cotización ha perdido un 20% este año, yendo a contracorriente del mercado.

Sin embargo, la decisión de Apple de abandonar sus ambiciones en el sector plantea al grupo otros interrogantes sobre su futura trayectoria de crecimiento: al menos el vehículo eléctrico contribuyó a crear expectativas. Ahora tendrá que volver a centrarse en los auriculares de realidad virtual y la IA para que los inversores sigan soñando.