Esta semana promete ser una de las más repletas de acción en mucho tiempo. Es probable que tres de los bancos centrales más influyentes del mundo suban los tipos a su nivel más alto desde la crisis financiera, mientras que la temporada de beneficios del cuarto trimestre empieza a cobrar ritmo.

La realeza de las grandes tecnológicas en forma de Apple, Alphabet y Amazon presenta ganancias. Con el sector tecnológico sangrando rentabilidad y puestos de trabajo, lo que digan estos tres en ese frente podría tener casi tanto peso como lo que diga la Reserva Federal cuando se pronuncie sobre las perspectivas económicas el miércoles.

Con 109 de los 500 componentes del S&P listos para informar sólo en los próximos cinco días, los inversores van a recibir un aluvión incesante de opiniones candentes sobre cualquier cosa, desde la inflación hasta el impacto de los giros del dólar, pasando por China y más allá.

La euforia que marcó el final de 2022, alimentada por el desmantelamiento por parte de China de sus restricciones COVID y unos precios de la energía más benignos, se ha mantenido durante este mes, a pesar de una temporada de resultados decididamente sombría y de la insistencia de los banqueros centrales en que la elevada inflación no va a ir a ninguna parte a corto plazo.

El propio S&P se encamina a una subida del 6,1% este mes, lo que supondría su mejor enero desde 2019. De todos modos, el primer mes del año suele ser uno de los más fuertes, según los datos de Refinitiv.

En los últimos 94 años, el S&P ha subido un 1,2% de media en enero, frente a una subida media del 1,3% en diciembre, el mes de mayor rentabilidad.

Uno de los principales impulsos de los que ha disfrutado el mercado bursátil este mes de enero ha sido la convicción aparentemente inamovible entre los operadores e inversores de que la Reserva Federal, aunque no va precisamente de farol, no subirá los tipos tanto como dicen los responsables políticos, y de que la inflación no resultará tan pegajosa.

Esto se ha traducido en una caída de casi 30 puntos básicos en los rendimientos del Tesoro a 10 años y el S&P no ha obtenido tanto por su dinero en el mes de enero de una caída de los rendimientos como ésta en la memoria reciente.

Incluso en los meses de enero fuertes, como el de 2019, cuando el índice subió un 7%, los rendimientos a 10 años cayeron sólo 6 pb. En enero de 1987, cuando el índice subió un 13%, los rendimientos cayeron sólo 6 pb.

Con tanto en juego para que la Fed se equivoque y los mercados acierten sobre las perspectivas de la política monetaria, parece haber mucho más margen de lo habitual para que los alcistas de la renta variable reciban una bofetada en la cara de cualquier cosa que pueda forzar un replanteamiento sobre dónde podrían tocar techo los tipos estadounidenses.

Acontecimientos clave que deberían proporcionar más dirección a los mercados el lunes:

- Índice empresarial manufacturero de la Fed de Dallas enero -18,8 anterior

- PCE de la Fed de Dallas 3,4% anterior

- La economía alemana se contrae inesperadamente en el cuarto trimestre