Como suele ocurrir en cuestiones bursátiles y financieras, el vaso puede verse medio lleno o medio vacío.
Esto último es así si se tiene en cuenta, por ejemplo, el extraordinario bulevar de crecimiento que teóricamente ofrece el desarrollo de la inteligencia artificial, y la consiguiente necesidad de potencia de cálculo; el mercado oligopolístico en el que opera Applied, con Lam Research, ASML y Tokyo Electron; y, por supuesto, el nuevo ciclo inversor que se abre en Estados Unidos por iniciativa del gobierno federal, que desea deslocalizar parte de la producción de semiconductores en su país.
Applied ya se ha beneficiado ampliamente del ciclo anterior, con un crecimiento del 20-30% en cada uno de sus segmentos y una espectacular expansión de los márgenes desde la consolidación del sector. Junto con Intel, parece la mejor posicionada para beneficiarse de los 280.000 millones de dólares de la ley CHIPS (United States Chips & Science Act).
Lo que nos lleva de nuevo al vaso medio vacío. Aunque sólo el 15% de la capacidad de producción mundial se encuentra en China, el Reino Medio representa el 60% de la demanda de semiconductores. El año pasado, Applied Materials generó un tercio de su volumen de negocios en China, frente a apenas un 10% diez años antes.
Al igual que sus homólogos, el grupo debe la mayor parte de su crecimiento al apetito del mercado chino. ¿Es sostenible esta dinámica en el actual contexto geopolítico? El G7 emitió este fin de semana una condena inusualmente tajante, dejando a Pekín ante un hecho consumado.
El polvorín de Asia-Pacífico está cristalizando todas las tensiones. Los chips fabricados en Taiwán representan más de un tercio de la potencia informática puesta en el mercado cada año, mientras que dos empresas coreanas controlan por sí solas más de la mitad de la producción de memorias.
En resumen, si el "bull case" de los semiconductores es evidente desde que el sector se ha consolidado y racionalizado, el "bear case" es igual de evidente.
No obstante, Applied Materials entra en este ciclo en una posición mucho mejor que en el anterior. El fabricante de equipos ha eliminado su deuda y duplicado sus beneficios entre 2012 y 2020. Recientemente, se ha fijado el ambicioso objetivo de alcanzar los 6.500 millones de dólares de flujo de caja libre en 2024.
Esto situaría la valoración actual en beneficios x16. Beneficios que históricamente el grupo ha reinvertido la mitad en su negocio, normalmente por un retorno medio de la inversión en torno al 10%, antes de redistribuir la otra mitad entre sus accionistas.
Esta asignación equilibrada del capital sólo es posible gracias a la escala superior de Applied Materials y a la situación oligopolística de su sector. La creación de valor durante el último ciclo es muy clara, aunque la expansión parabólica de la valoración durante la pandemia se deba sin duda a una fiebre especulativa.
Los resultados semestrales del grupo, publicados a finales de la semana pasada, indican que las ventas y los beneficios se mantienen bien por el momento. El dato más interesante es que la proporción de la cifra de negocios generada en China ha caído del 34% al 21%, y que Estados Unidos y Corea del Sur se benefician directamente de este desplazamiento de la demanda.
Applied Materials, Inc. está especializada en el diseño, fabricación y comercialización de equipos para la producción de circuitos integrados y componentes semiconductores. El grupo desarrolla sistemas utilizados en las principales etapas de fabricación de microchips (sistemas de deposición mediante vapores químicos, el proceso físico o mediante epitaxia, sistemas de fotomasking, programas de control, etc.). Las ventas netas se desglosan por sectores de actividad de la siguiente manera: industria de semiconductores (77,2%), industria de pantallas planas (3,3%) y otros (19,5%; industrias fotovoltaica y electrónica). Las ventas netas se distribuyen geográficamente de la siguiente manera: Estados Unidos (15,1%), China (27,3%), Taiwán (21,4%), Corea (17,4%), Japón (7,8%), Asia (2,9%) y Europa (8,1%).