La tensión entre las dos grandes potencias no amaina. Cada uno golpea donde más le duele. Pekín apunta a Boeing y Washington frena las ambiciones chinas en materia de inteligencia artificial. En este clima tenso, los resultados de ASML, publicados hoy a las 7 de la mañana, han recibido una atención especial por parte de los mercados.

Pedidos muy por debajo de las expectativas

En los sectores de rápido crecimiento, a veces exponencial, es difícil interpretar las tendencias. En el caso de los coches eléctricos, los índices de producción y las existencias en los almacenes de Tesla son un termómetro de la temperatura del sector, por ejemplo. En el caso de los semiconductores, pilar de la IA, ASML es el barómetro, a través de sus pedidos.

Los analistas de Visible Alpha esperaban pedidos por valor de 4.890 millones EUR. La sorpresa negativa es que ASML solo registra 3.900 millones, casi 1.000 millones EUR menos. Un retroceso brutal, sobre todo en comparación con los 7.100 millones EUR del cuarto trimestre de 2024.

Mientras que otros sectores ven dispararse sus cifras trimestrales gracias a la aceleración de la producción y las exportaciones ante la perspectiva de los aranceles, ASML se resiente. Los pedidos caen en picado y la razón radica en la incertidumbre sobre el futuro del sector, que está moderando las expectativas de los fabricantes de chips.

¿Pánico pasajero o señal de alarma?

La caída de ASML de más del 6% en la apertura afectó a todo el sector. Infineon, STMicroelectronics y BE Semiconductor se han teñido de rojo esta mañana.

Con todo, no conviene dejarse arrastrar por la catástrofe. La caída de los pedidos no lo dice todo, porque las ventas siguen aumentando, al igual que el beneficio neto. El beneficio por acción y los márgenes superan incluso las expectativas. No es suficiente para satisfacer a los inversores exigentes, por supuesto, pero tampoco es un drama.

Sobre todo, porque ASML había avisado: la práctica de publicar trimestralmente la cifra de pedidos recibidos se abandonará pronto (en 2026), al considerarse poco representativa de la tendencia subyacente.

La dirección de la empresa mantiene la confianza

El director general, Christophe Fouquet, manda un mensaje tranquilizador: «Nuestras conversaciones hasta ahora con los clientes confirman nuestra expectativa de que 2025 y 2026 serán años de crecimiento». Y continúa: «Sin embargo, los recientes anuncios de aranceles han aumentado la incertidumbre en el entorno macroeconómico y la situación seguirá siendo dinámica durante algún tiempo».

En cuanto a las previsiones del grupo, el programa de recompra de acciones sigue en marcha, se mantiene un dividendo de 6,4 euros por acción y las previsiones de facturación anual.

El resto está ahora en manos de Washington. En las próximas semanas se esperan nuevos impuestos específicos sobre los semiconductores. ASML, que exporta desde los Países Bajos, pero también desde sus fábricas estadounidenses, acusará el impacto. Y, si sus propios clientes se ven afectados por estas barreras, el impacto podría ser aún mayor.