6 ago (Reuters) - Shein, un minorista online chino de rápido crecimiento, no ha hecho públicas las condiciones de trabajo a lo largo de su cadena de suministro como exige la ley en el Reino Unido, y hasta hace poco la empresa declaraba falsamente en su sitio web que las condiciones en sus fábricas estaban certificadas por organismos internacionales de supervisión laboral, según ha descubierto Reuters.

En Reino Unido, las empresas que superan un determinado tamaño deben indicar de forma destacada en sus páginas web las medidas que adoptan para combatir los trabajos forzados, como parte de la Ley de Esclavitud Moderna de 2015 del país.

La página de "responsabilidad social" de Shein afirma que "nunca, jamás" recurre al trabajo infantil o forzado, pero no proporciona la información detallada sobre la cadena de suministro que exige la ley británica.

La ley obliga a las empresas que venden anualmente más de 36 millones de libras de bienes en todo el mundo a publicar una declaración en un enlace que se pueda consultar y que esté disponible en un lugar destacado de su página de inicio, con fecha del ejercicio económico correspondiente y con la firma de un directivo, en la que se describan las medidas que adopta para prevenir la esclavitud moderna en su cadena de suministro.

Shein se negó a proporcionar sus ingresos anuales a Reuters, afirmando que no los divulga públicamente. Varios analistas han estimado la valoración de la empresa en 15.000 millones de dólares, con unos ingresos anuales de al menos 5.000 millones.

Un portavoz de Shein dijo que está ultimando las declaraciones exigidas por la legislación británica y que tiene previsto publicarlas en su sitio web. "Estamos elaborando políticas exhaustivas, que publicaremos en nuestro sitio web en las próximas semanas", dijo el portavoz de Shein el 2 de agosto.

El Ministerio del Interior británico, encargado de velar por el cumplimiento de la ley de divulgación, dijo que no hace comentarios sobre casos concretos.

En Australia, una ley similar exige a las empresas con ingresos superiores a 100 millones de dólares australianos al año que presenten una declaración anual sobre la esclavitud moderna ante la Fuerza Fronteriza Australiana (ABF, por sus siglas en inglés).

La ABF confirmó a Reuters que las entidades extranjeras que exportan a Australia están obligadas a presentar una declaración si sus ingresos superan el umbral.

Hasta el 4 de agosto, ni Shein ni su filial en ese país habían presentado dicha declaración, según un registro mantenido por la ABF.

En respuesta a las preguntas de Reuters, un portavoz de Shein dijo que la empresa cumple con la ley australiana, sin detallar si cree que no está obligada a informar o si ha presentado una declaración desde la consulta de Reuters.

La ABF declinó hacer comentarios sobre Shein.

Reuters no pudo evaluar de forma independiente las condiciones de trabajo en ninguna de las fábricas utilizadas por Shein ni los salarios que paga. El minorista no respondió a una solicitud de comentarios sobre cuáles son sus normas para los proveedores.

PRECIOS BAJOS, FALTA DE TRANSPARENCIA

En los últimos 18 meses, la empresa privada Shein, cuyo nombre oficial es Zoetop Business Co Ltd, ha arrasado en el mundo de la moda rápida. Las cuentas de Instagram y TikTok de la empresa tienen más de 23 millones de seguidores, de los que muchos son mujeres jóvenes que muestran sus prendas baratas, como vestidos de 9 dólares y zapatos de 15 dólares. Su sitio web atrajo más de 160 millones de visitantes en junio, según la firma de análisis de tráfico web Similarweb, superando a sus rivales Zara y H&M.

Los precios extremadamente bajos y la falta de transparencia de la empresa han llevado a organismos de control laboral, como el Worker Rights Consortium y el Business & Human Rights Resource Centre, a cuestionar cómo fabrica sus productos de forma tan barata.

Shein tiene su sede en China, pero sólo vende por Internet a clientes de fuera del país. Entre sus principales inversores se encuentran Sequoia Capital China y Tiger Global Management. Ambos declinaron hacer comentarios para este artículo.

Algunos de los principales rivales de Shein, como H&M, la matriz de Zara, Inditex, ASOS, Boohoo y Zalando, publican declaraciones e información más detallada sobre su cadena de suministro, como listas de fábricas y códigos de conducta, en sus sitios web.

El sitio web de H&M incluye una hoja de cálculo descargable con los nombres y direcciones específicas de miles de sus fábricas e instalaciones de producción. Inditex tiene un código de conducta de ocho páginas que se puede descargar y un mapa que muestra el número de sus fábricas y proveedores en cada país.

Por otra parte, en una declaración en su página web vista por última vez por Reuters el 26 de julio, Shein dijo que las fábricas con las que trabajaba estaban "certificadas" por la Organización Internacional para la Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) y que Shein estaba "orgullosa de cumplir con las estrictas normas de trabajo justo establecidas por organizaciones internacionales como la SA8000".

La SA8000 es una norma de sistemas de gestión basada en los principios internacionales de derechos humanos esbozados por la Organización Internacional del Trabajo y las Naciones Unidas, que mide el rendimiento de las empresas en ocho áreas, entre ellas el trabajo infantil, el trabajo forzado y la salud y la seguridad.

La ISO es una organización mundial que desarrolla normas comerciales, industriales y técnicas. Las empresas pagan a los organismos de certificación para que apliquen y auditen estas normas en sus organizaciones.

La ISO sólo establece normas y no realiza certificaciones por sí misma, dijo un portavoz. Una empresa "no puede ser ni acreditada ni certificada por ISO", dijo el portavoz.

Social Accountability International, que administra la norma SA8000, dijo que Shein no ha sido certificada a través de su programa y que no ha tenido ningún contacto con la empresa.

Shein retiró la página después de que Reuters le hiciera preguntas al respecto. La misma dirección web lleva ahora a los usuarios a una nueva página de "responsabilidad social", que no menciona la ISO ni la SA8000.

(Reporte de Victoria Waldersee; edición de Vanessa O'Connell y Bill Rigby; traducción de Flora Gómez en la redacción de Gdansk)