LONDRES, 29 jul (Reuters Breakingviews) - Rishi Sunak debe recordar que las curas malas a veces empeoran las enfermedades. El ministro de Economía del Reino Unido está estudiando un impuesto de 2.000 millones de libras sobre las ventas por internet. Sin embargo, es posible que el Estado, al igual los propietarios de inmuebles, tengan que sacrificar algunos ingresos fiscales para mantener vivo el comercio minorista. 

Los comercios británicos tienen muchos desafíos por delante. Uno de los principales es la competencia del mercado minorista en internet, que mueve 200.000 millones de libras, porque reduce el potencial de ingresos de las tiendas físicas. Eso hace que los gastos fijos como los alquileres, comisiones e impuestos basados en el valor de los inmuebles, sean particularmente onerosos. Marcas bien establecidas como Oasis, Warehouse y Laura Ashley han entrado en concurso de acreedores.   

La idea de un impuesto sobre las ventas online se planteó por primera vez el año pasado, en respuesta a la indignación pública por los bajos impuestos pagados por el gigante de internet Amazon.com. El lunes, el periódico Times dijo que el Gobierno británico estaba considerando un impuesto especial sobre las compras minoristas en línea. La semana pasada, el Gobierno también dijo que revisaría las tasas que pagan las empresas. 

El alivio en materia de tasas empresariales es más urgente. Las tasas a las empresas se fijan normalmente en alrededor de la mitad de lo que el Gobierno asume que se pagará en concepto de alquiler. Sin embargo, el Gobierno ha ignorado el deterioro económico de las tiendas y los centros comerciales. Las tasas han subido mientras que los alquileres han bajado. 

Las tasas pagados por los negocios minoristas proporcionaron al Tesoro cerca de 8.000 millones de libras el año pasado, según el Consorcio Británico de Minoristas. Obviamente, es tentador intentar que los minoristas online paguen más, en lugar de dar un respiro a los competidores tradicionales.  

El problema con este razonamiento es que la mayoría de las grandes cadenas intentan cada vez más vender tanto en internet como en las tiendas físicas. Por ejemplo, la empresa propietaria de Zara, Inditex, está cerrando tiendas más pequeñas con la idea de crear salas de exposición para sus artículos que se compran a través de Internet. 

El confinamiento impuesto por la COVID-19 claramente le ha dado a los minoristas prioridad sobre los dueños de inmuebles comerciales, como Unibail-Rodamco-Westfield, Hammerson y British Land. Incluso cadenas rentables como Primark, propiedad de Associated British Foods, tienen una moratoria en los pagos de alquiler. De cara al futuro, es probable que haya más alquileres que estén ligados a los ingresos.  

Es más difícil presionar a los Gobiernos que a las inmobiliarias. Pero si los políticos piensan que un comercio minorista fuerte es bueno para la nación, no deberían presionar demasiado a las cadenas del sector.

En Twitter https://twitter.com/aimeedonnellan

La autora es columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones vertidas en esta columna son responsabilidad exclusiva de su autora

- SUSCRIPCIÓN A ALERTAS DE CORREO ELECTRÓNICO DE BREAKINGVIEWS: http://reut.rs/2dxfHO3

(editado por Edward Hadas y Oliver Taslic; traducido por Tomás Cobos)