La empresa, que perdió la mitad de su valor de mercado el año pasado, salió del índice de acciones CAC 40 de Francia y se separó de su jefe, lo que despertó las especulaciones sobre una compra o la llegada de inversores activistas.

"Atos se enfrentó a importantes vientos en contra en 2021", dijo Rodolphe Belmer, que tomó las riendas del ex director general Elie Girard en enero, en un comunicado de resultados. "No cumplió sus objetivos financieros, y una revisión exhaustiva de sus activos y contratos (...) han llevado a importantes deterioros".

Formada en parte por una serie de adquisiciones bajo el mandato del ex director general Thierry Breton, ahora jefe de industria de la UE, Atos vio cómo su beneficio neto anual pasó a ser una pérdida de 2.960 millones de euros y, en consecuencia, se abstendrá de proponer un dividendo.

Belmer, que se comprometió a hacer borrón y cuenta nueva, dijo este mes que Atos había realizado amortizaciones por valor de unos 2.400 millones de euros (2.700 millones de dólares) en el segundo semestre de 2021.

Le Monde informó a primera hora del lunes de un posible escenario de desmantelamiento, ya que el nuevo consejero delegado también planea reorganizar el grupo en torno a tres unidades de negocio, "como si estuviera preparando una escisión", dijo un experto al diario francés.

"Simplificada, más eficiente, esta gobernanza será la columna vertebral de la nueva Atos", dijo Belmer.

El descenso continuado de los servicios informáticos clásicos, la inflación de los costes de personal y las tensiones en la cadena de suministro presionarán aún más la rentabilidad en el primer semestre, señaló la empresa, pero el crecimiento de los ingresos debería volverse positivo en la segunda parte del año.

"2022 será un año crucial para el grupo, que preparará el camino para una recuperación impulsada por un ambicioso plan de reconversión", añadió Belmer.

(1 dólar = 0,8913 euros)