LONDRES, 6 ene (Reuters) - Tres de los principales minoristas británicos subrayaron el jueves la amenaza de la inflación a la que se enfrentan este año, con sus jefes preocupados por la necesidad de seguir siendo competitivos, ya que el aumento de los precios amenaza el poder adquisitivo de los clientes.

Next, el minorista de ropa más rentable de Reino Unido, dijo que esperaba que el aumento de los costes de transporte y fabricación hicieran subir sus precios un 6% en la segunda mitad de 2022, lo que plantea dudas sobre si los salarios de los clientes podrán seguir el ritmo. El Banco de Inglaterra espera que la inflación general de los precios al consumo alcance esa cifra en abril, la más alta desde 1992, antes de suavizarse.

El jefe de Next, Simon Wolfson, dijo a Reuters que la brecha entre los salarios generales y sus precios determinaría en gran medida la suerte de la empresa en 2022.

"Lo positivo para el comercio minorista es que podemos ajustar nuestros precios", dijo. "Así que si la inflación salarial está en línea con nuestros aumentos de precios --no creo que lo esté, pero si lo está-- entonces no va a ser un problema tan grande como si la inflación salarial está muy por detrás".

Greggs, un minorista de comida por encargo, dijo que sus costes se vieron aumentados por las subidas del salario mínimo impuestas por el Gobierno y el aumento de los precios de los ingredientes. Con los contratos de pedidos en vigor, tiene visibilidad para los próximos cuatro a seis meses."Este año es más difícil que muchos otros, porque la inflación viene tanto del lado de los ingredientes como de la mano de obra", dijo a Reuters el director general saliente, Roger Whiteside.Dijo que aunque Greggs tenía que, y trataría, de impulsar pequeñas subidas de precios, el grupo tenía que ser más barato que sus rivales.

B&M, un minorista de descuento que ha tenido un buen comportamiento durante la pandemia, mejoró su previsión de beneficios el jueves. Sin embargo, atenuó su tono optimista al reconocer que el año 2022 traerá consigo más trastornos en la cadena de suministro, presiones inflacionistas e incertidumbre por la COVID-19.

El aumento de la inflación es el principal nubarrón en el panorama de la economía mundial, ya que la interrupción de la cadena de suministro, el aumento de los costes de la energía, la escasez de mano de obra y la reactivación de la demanda de bienes tras el cierre del mercado hacen subir los precios a un ritmo que no se había visto en décadas.

Todo ello ejercerá una presión adicional sobre el gasto de los consumidores tras años de estancamiento del crecimiento salarial en términos reales. En abril, los consumidores británicos se enfrentarán a una subida de impuestos y de la factura energética.

También se enfrentan a la subida de los precios de los alimentos. La inflación de los precios de los comestibles alcanzó el 3,5% en diciembre, su nivel más alto desde la primavera de 2020, añadiendo casi 15 libras (20 dólares) a la factura mensual media de los compradores, según datos del sector publicados el miércoles.

(Escrito por Kate Holton; editado por John Stonestreet; traducción de Flora Gómez)