Por Giovanni Legorano y Patricia Kowsmann 
  THE WALL STREET JOURNAL 

Cuando Mario Draghi dirigía el Banco Central Europeo, abogó, sin éxito, por que los frágiles bancos de la región se fusionaran y se sanearan.

Ahora, como primer ministro de Italia, vuelve a intentarlo, con la esperanza de alentar una ola de consolidación entre las maltrechas entidades del país. El sector bancario italiano, hasta arriba de préstamos morosos y lastrado por los elevados costes, se ha perfilado durante mucho tiempo como el eslabón más débil entre las naciones que comparten el euro.

La semana pasada, el Gobierno italiano simplificó los procedimientos para que los bancos disfruten de exenciones fiscales cuando se fusionen, lo que les da más tiempo para acceder a estos beneficios.

La medida está aumentando las expectativas de nuevas operaciones corporativas entre los ejecutivos de los bancos italianos. Además, también ayuda el hecho de que la economía se esté recuperando de la pandemia y que el veterano de las fusiones y las adquisiciones Andrea Orcel se pusiera el mes pasado al frente de UniCredit SpA, el segundo mayor banco de Italia.

"Hay un contexto muy favorable así que creo que en los próximos 12 meses podríamos ver más transacciones", dijo Alberto Nagel, consejero delegado de banca de inversión de Mediobanca SpA.

Se considera la consolidación como una manera de que los bancos reduzcan sus costes y obtengan más beneficios. En comparación con Estados Unidos, el escenario bancario europeo está muy fragmentado, ya que cada nación tiene su propia amplia colección de bancos regionales. A diferencia del sólido crecimiento que registra Estados Unidos, la economía italiana apenas se ha expandido en años, lo que crea un difícil entorno para que los bancos operen.

Las entidades italianas estuvieron en el punto de mira durante la crisis de deuda soberana europea a principios de la década pasada. Muchas tuvieron que ser rescatadas por el Estado. Tras la crisis, los bancos italianos ignoraron las peticiones de Draghi y de otros reguladores de que se fusionaran. Roma jugó un papel a la hora de mantener vivos a los maltrechos bancos, en lugar de apostar por su venta o su liquidación, lo que habría perjudicado a los depositantes o ahorradores que invirtieron en bonos bancarios.

Los precios de las acciones de las entidades italianas han estado entre los de peor comportamiento a nivel mundial desde hace años, pero se recuperaron en 2021 al rebotar la economía. Los inversores sienten que hay un cambio de tono en lo que respecta a la posibilidad de fusiones.

Es probable que UniCredit se fusione como comprador. El año pasado, dejó de ser el mayor banco del país por activos dado que Intesa Sanpaolo SpA absorbió a UBI Banca SpA. Orcel, que recientemente ha sido nombrado consejero delegado de Unicredit, previamente dirigió la división de banca de inversión de UBS Group AG e hizo su carrera forjando acuerdos con bancos europeos.

Un objetivo para UniCredit es Banca Monte dei Paschi di Siena SpA, un eterno problema para el sistema bancario europeo, según fuentes cercanas a la situación.

El banco toscano fue nacionalizado en 2017 tras años en los que estuvo a punto de quebrar, lastrado por créditos morosos y por escándalos legales. Roma ha acordado con las autoridades europeas reprivatizar el banco en abril de 2022.

UniCredit también está interesado en explorar una fusión con Banco BPM SpA, el tercer mayor banco de Italia por activos, según fuentes familiarizadas con la posible operación. BPM ofrece servicios principalmente en la rica región de Lombardía.

Orcel podría optar por hacerse con las dos entidades o solo con BPM, según los banqueros.

En un evento el mes pasado, el consejero delegado de BPM, Giuseppe Castagna, indicó que quiere participar en acuerdos, pero como comprador. "Necesitamos tres grandes bancos nacionales que puedan competir a nivel nacional y europeo", dijo.

Banco BPM no quiso realizar más comentarios mientras que UniCredit y MPS rehusaron hacer declaraciones.

Italia también intenta vender Banca Carige SpA, otra entidad en dificultades que en 2019 fue rescatada por el fondo de garantía de depósitos del país, que se nutre de contribuciones de los bancos, y que actualmente está preseleccionando posibles candidatos.

Es improbable que compradores extranjeros participen en la consolidación en Italia. Fusiones transfronterizas para crear gigantes europeos son más difíciles de llevar a cabo debido a la resistencia de las autoridades nacionales y porque no existe ningún plan de seguro de depósitos a nivel de la eurozona. Las fusiones transfronterizas también suponen un menor ahorro de costes para los bancos.

--Ben Dummett contribuyó a este artículo.

-Escriba a Giovanni Legorano a giovanni.legorano@wsj.com y a Patricia Kowsmann a patricia.kowsmann@wsj.com

Versión española de Noelia Urra noelia.urra-calzada@dowjones.com

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May 24, 2021 12:07 ET (16:07 GMT)