SCHWERIN (dpa-AFX) - El apoyo al gasoducto Nord Stream 2 era lógico desde el punto de vista del grupo energético Uniper y de la filial de BASF Wintershall Dea en su momento. La demanda de gas en Europa, la diferencia de precio entre el gas de gasoducto y el gas natural licuado y la menor huella de CO2 hablaron a favor de la participación, declaró el viernes Thilo Wieland, miembro de la junta directiva de Wintershall, ante la comisión parlamentaria de investigación del parlamento estatal sobre la controvertida fundación para la protección del clima MV. El director general de Uniper, Klaus-Dieter Maubach, hizo comentarios similares. Ambos dijeron que consideraban a Rusia como un proveedor fiable.

La comisión quiere arrojar luz sobre el trasfondo en el que se fundó la fundación climática, financiada con 20 millones de euros procedentes en su mayor parte del dinero de los acuerdos del gas ruso. Se le criticó sobre todo por su contribución a la finalización de la construcción del oleoducto, a pesar de las sanciones estadounidenses.

Ambos responsables afirman que la fundación no influyó en sus consideraciones y evaluaciones de riesgos. Maubach subrayó que la vara de medir decisiva para evaluar las acciones políticas de Rusia -como la anexión de Crimea en 2014- era la actitud del Gobierno alemán de la canciller Angela Merkel. Ella había apoyado el proyecto en todo momento, incluso cuando hubo amenazas de sanciones por parte de EEUU.

Las empresas también coinciden en que las consideraciones económicas desempeñaron un papel en la decisión de convertirse en donante. Según ellos, invertir en GNL en lugar de en gas de gasoducto procedente de Rusia no era una alternativa competitiva en aquel momento. No existía un amplio interés económico en comprar GNL en Alemania, aunque Uniper había querido construir una terminal de importación. En lo que respecta concretamente al gas de esquisto estadounidense, Maubach afirmó: la diferencia entre el precio de mercado del gas en EE.UU. y en la UE ha sido demasiado pequeña para que el transporte resulte económico.

Según las empresas, estaban seguras de que Alemania y Europa necesitaban más suministros de gas. Wieland se refirió al Consejo Mundial de la Energía, según el cual la producción propia europea de gas natural debería disminuir de 135.000 millones a 90.000 millones de metros cúbicos al año entre 2015 y 2030. Por otro lado, se esperaba un aumento de la demanda.

El comité había sido creado por la oposición. El líder del grupo parlamentario del FDP, René Domke, juzgó: "Los gobiernos estatal y federal crearon una atmósfera en la que los inversores financieros no tuvieron que considerar los riesgos geopolíticos como un peligro grave debido al comportamiento agresivo de Rusia, que ya se había mostrado antes de (la) decisión de inversión, así como a las amenazas de sanciones".

El presidente de la comisión, Sebastian Ehlers, de la CDU, también ve una sorprendente falta de preocupación por parte de las empresas: "Me sorprendió especialmente que los financiadores del gasoducto asumieran aparentemente un negocio en gran medida libre de riesgos", a pesar de las especulaciones de que el Gobierno ruso veía Nord Stream 2 como un proyecto geoestratégico./ssc/DP/nas