Un jurado del estado norteamericano de Washington ha condenado a la empresa agrícola y farmacéutica Bayer a pagar una indemnización de 100 millones de dólares (unos 97 millones de euros).

El martes, el jurado consideró probado que los cuatro demandantes habían sufrido daños para la salud a causa de los tubos fluorescentes que contenían PCB en una escuela cercana a Seattle. Otras once demandas fueron desestimadas, según un abogado de los demandantes. Bayer argumentó que los demandantes no podían demostrar que sus enfermedades fueran causadas por los PCB y que los niveles encontrados en la escuela habían sido clasificados como seguros por la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA). La escuela también hizo caso omiso de las advertencias de las autoridades para que sustituyera las luminarias del anticuado edificio. Los productos químicos tóxicos fueron producidos por Monsanto, que fue adquirida por Bayer en 2018.

La derrota es la última de una serie de reveses para la empresa química por la presunta contaminación del Centro Educativo Sky Valley en Monroe, Washington. Más de 200 alumnos, miembros del personal y padres afirman haber sufrido cáncer, enfermedades de tiroides, daños neurológicos y otros problemas de salud como consecuencia de las fugas de bifenilos policlorados (PCB) procedentes de las luminarias de la escuela. A este respecto, Bayer ya ha sido condenada a pagar daños y perjuicios por un total de más de 1.500 millones de dólares en procedimientos anteriores, aunque algunos de ellos han sido reducidos o anulados.

Anteriormente, los PCB se utilizaban ampliamente en el aislamiento de aparatos eléctricos, pero también en productos como el papel carbón, los sellantes, los abrillantadores de suelos y las pinturas. Fueron prohibidos en 1979 tras ser relacionados con el cáncer y otros problemas de salud. Monsanto fabricó PCB de 1935 a 1977. Con la adquisición de la empresa química Monsanto, Bayer se vio afectada por numerosas demandas por los PCB y, en particular, por el herbicida Roundup, sospechoso de ser cancerígeno.

(Informe de Brendan Pierson y Dietrich Knauth, escrito por Katharina Loesche. Si tiene alguna pregunta, póngase en contacto con nuestra redacción en berlin.newsroom@thomsonreuters.com (para política y economía) o frankfurt.newsroom@thomsonreuters.com (para empresas y mercados).