En el último trimestre, a pesar de las pérdidas operativas, sobre todo debido a los costosos huracanes, los beneficios netos de Berkshire se mantuvieron sólidos. Gracias a las ventas masivas de acciones, por valor de 133.000 millones USD este año, ha cosechado beneficios sustanciales y mantiene un balance excelente. Esta cautela podría ser estratégica: Buffett parece anticiparse a las turbulencias económicas, a una posible recesión o a subidas de impuestos en Estados Unidos que podrían afectar a las futuras ventas de activos. En lugar de ceder a la fiebre inversora, está adoptando un enfoque de observación, reservándose el lujo de lanzarse hacia las oportunidades de compra cuando los mercados puedan ser más favorables.

Buffett también vendió recientemente una parte importante de sus acciones de Apple, que en su día fueron el pilar de su cartera, y redujo su participación en Bank of America. Este movimiento refleja su prudencia y desconfianza ante las valoraciones actuales del mercado, que considera demasiado elevadas. Para él, esta montaña de efectivo es una póliza de seguros, una palanca para activar en el momento oportuno, en caso de corrección del mercado o de crisis económica. Es entonces cuando Buffett, como Scrooge, está dispuesto a sumergirse en su reserva dorada de efectivo para aprovechar las oportunidades a precios favorables.

A sus 94 años, Buffett sigue demostrando que su estrategia atemporal se basa en la paciencia y la preparación para los altibajos económicos. Su sucesor elegido, Greg Abel, heredará no solo una fortuna, sino también una filosofía de inversión basada en la prudencia y la anticipación a los ciclos económicos.

Dibujo de Amandine Victor para MarketScreener (todos los derechos reservados)