Por Rhiannon Hoyle 
    THE WALL STREET JOURNAL 

Los precios récord del mineral de hierro están alentando una oleada de inversiones en la minería, mientras las empresas esperan evitar la repetición de la bonanza de hace una década que acabó en numerosos cierres de minas y proyectos abandonados.

Las compañías chinas quieren construir una de las mayores minas del mundo en África Occidental, mientras que un grupo de compañías más pequeñas están desarrollando nuevas minas en Australia o reabriendo otras inactivas desde hace años, cuando los precios eran bajos. Muchos apuestan por que la demanda del mineral de hierro, usado para fabricar el acero, seguirá pujante porque los gobiernos de todo el mundo están inyectando miles de millones de dólares en sus economías.

El precio del mineral de hierro subió a un máximo de US$233,10 por tonelada métrica este mes, de acuerdo con los datos de S&P Global Platts, mientras la industria acerera china aumentaba su producción. Ese rally refleja las alzas de los precios de las materias primas, entre ellas el cobre y el petróleo, que también gozan de interés debido a que la recuperación económica mundial de la pandemia del Covid-19 cobra fuerza.

Los nuevos actores ven una oportunidad para prosperar porque los principales productores de esta industria se están comportando de forma diferente a hace una década.

BHP Group Ltd. y Rio Tinto PLC, las dos mayores mineras del mundo, aseguran que no están interesadas en producir mucho más mineral de hierro en Australia, que representa más de la mitad del comercio mundial de esta materia prima. Sus actuales inversiones por valor de miles de millones de dólares buscan sustituir la producción de minas más maduras y esperan un mayor crecimiento de la demanda de materias primas como el cobre.

Otro importante productor de mineral de hierro, el grupo brasileño Vale SA, trabaja para recomponer su producción después de dos accidentes mortales en presas que almacenaban residuos mineros. Las grandes empresas mineras occidentales también se han visto presionadas para aumentar sus dividendos a accionistas después del derroche en operaciones y grandes proyectos durante la anterior época de bonanza.

El anterior boom expuso los riesgos de invertir en áreas subdesarrolladas. Muchas compañías que captaron miles de millones de dólares para construir minas, frecuentemente en regiones nuevas que carecían de infraestructuras necesarias para hacer los proyectos viables, nunca produjeron ni una sola tonelada de mineral.

Pocos lugares ilustran el ciclo de boom y posterior estallido en las materias primas mejor que la operación de Bloom Lake, en Canadá. En 2011, cuando los precios del mineral de hierro habían subido a un máximo histórico, Cleveland-Cliffs Inc. pagó aproximadamente 4.900 millones de dólares canadienses, el equivalente a US$4.100 millones en la actualidad, para comprar Bloom Lake. Cuando los precios se hundieron cinco años más tarde, la minera estadounidense cerró la operación y aceptó una oferta de 10,5 millones canadienses para desprenderse de ella.

Actualmente, Bloom Lake atrae nuevas inversiones. El actual dueño de la mina, Champion Iron Ltd., reinició la producción en 2018 y va a gastar 589,8 millones de dólares canadienses para doblar la capacidad de producción anual a 15 millones de toneladas de mineral de hierro. La compañía contempla una expansión mayor y recientemente se hizo con otro depósito de mineral de hierro cercano.

Champion Iron, que esta semana anunció que su beneficio anual se quintuplicó, quiere vender más mineral de hierro a fundiciones estadounidenses y menos a las chinas, una estrategia distinta a la que perseguía Cleveland-Cliffs una década antes.

Conscientes de que no quieren cometer los errores del pasado, muchas compañías del sector se centran en pequeños proyectos que pueden comenzar rápidamente y desarrollarse en diferentes fases. Para que los primeros costes sean bajos, dependen de camiones y no de la construcción de líneas férreas para transportar el mineral.

"Estamos viendo nuevos entrantes incorporarse a acuerdos de minas e infraestructuras flexibles que permiten que las minas cierren sin penalización financiera si los precios caen por debajo de su punto de equilibrio", comenta Rohan Kendall, analista de la consultora Wood Mackenzie.

BHP y Rio Tinto se benefician al contar con vías de ferrocarril propias e infraestructuras portuarias, lo que hace que sean más resistentes a una fuerte caída de los precios. En 2020, Rio tinto registró un margen de beneficio subyacente del 74% en mineral de hierro australiano que obtuvo US$98,90 de media por tonelada.

Rio Tinto calibra la decisión de si ayudar a desarrollar el depósito de mineral de hierro de Simandou, en Guinea, en el que posee una participación. Las empresas chinas quieren explotar el mineral de Simandou, que necesitaría una vía férrea de 400 millas hacia la costa. Sin embargo, el depósito es tan grande que algunos analistas creen que desarrollarlo podría reducir los precios a largo plazo del mineral de hierro en más del 10%, lo que amenazaría las operaciones de Rio Tinto en Australia y Canadá al hacerlas menos rentables.

Muchos analistas piensan que los precios del mineral de hierro bajarán pronto. Capital Economics espera que caerán a US$140 por tonelada a final de año. Es improbable que se repita la anterior pujanza inversora en la minería, en parte porque las mineras tendrán en cuenta los planes de China de frenar las emisiones de carbono en las fundiciones, señala.

Eduardo Bartolomeo, consejero delegado de Vale, prevé que este ciclo del mineral de hierro será distinto porque el anterior estuvo impulsado por una alteración de la demanda como consecuencia de la urbanización de China.

"Lo que vemos ahora es un mercado muy calentado", afirmó. "Aportaremos oferta, pero no creemos que el mercado aflojará en los dos próximos años".

-Escriba a Rhiannon Hoyle a rhiannon.hoyle@wsj.com

Versión española de Carlos López Perea carlos.perea@dowjones.com

Editado por RMR

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May 28, 2021 10:23 ET (14:23 GMT)