Estos cambios se están produciendo en un contexto económico post-pandémico caracterizado por una inflación persistente, unos tipos de interés elevados, un menor crecimiento económico y una elevada deuda pública. Desde la pandemia, la economía mundial ha experimentado una mayor volatilidad, en gran parte debido a las limitaciones de la oferta, como la disminución de la población en edad de trabajar. Esto ha provocado un aumento de la inflación y de los tipos de interés, en contraste con el periodo de baja inflación y bajos tipos de interés que precedió a la pandemia. La deuda pública también se mantiene en niveles elevados, lo que limita la capacidad de los gobiernos para estimular la economía a través del gasto público.

A pesar de este difícil contexto macroeconómico, se vislumbran en el horizonte importantes oportunidades de inversión, principalmente en tres áreas clave: la inteligencia artificial, la transición a una economía con bajas emisiones de carbono y la reorganización de las cadenas de suministro. Estas inversiones podrían transformar las economías y los mercados de forma similar a revoluciones tecnológicas pasadas.

En primer lugar, la IA se encuentra en el centro de esta transformación, con inversiones en los centros de datos y las infraestructuras necesarias para apoyar su desarrollo. Las estimaciones sugieren que la inversión en centros de datos para la IA podría aumentar entre un 60 y un 100% anual en los próximos años. Sin embargo, la velocidad y la escala de estas inversiones siguen siendo inciertas y dependerán de diversos factores, como las limitaciones de recursos y las necesidades energéticas.

En segundo lugar, la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono también está estimulando inversiones masivas. Según el BlackRock Investment Institute, la inversión en sistemas energéticos podría alcanzar los 3,5 billones de dólares anuales esta década. En esta transición también influye la fragmentación geopolítica, ya que los países dan prioridad a la seguridad nacional sobre la eficiencia económica.

Por último, la reorganización de las cadenas de suministro mundiales también requiere importantes inversiones, ya que los países tratan de reforzar su seguridad económica y reducir su dependencia de determinadas regiones.

Para evaluar las perspectivas a corto plazo, los estrategas de BlackRock han elaborado cinco escenarios distintos:

  • Tipos altos, aterrizaje brusco: La rigidez de la inflación descarta cualquier recorte de los tipos, y la fuerte demanda podría desencadenar nuevas subidas. El crecimiento se ralentiza bruscamente. Las valoraciones de la IA sufren un duro golpe.
  • IA concentrada: El crecimiento impulsado por la IA no es suficiente para compensar otros factores estructurales. La presión y los tipos clave se mantendrán altos durante más tiempo.
  • Crecimiento moderado, inflación persistente: El crecimiento se ralentiza hasta una tasa tendencial más baja, la inflación se mantiene por encima del objetivo y los tipos de interés siguen altos.
  • Aumento importante de la productividad (IA y auge de la inversión): El crecimiento inducido por la IA es generalizado y aumenta la producción potencial. La inflación se modera y los tipos de interés se reducen drásticamente.
  • Aterrizaje brusco: Las subidas de los tipos de interés han podido con el crecimiento generalizado estimulado por la IA. La inflación cae por debajo del objetivo. Los bancos centrales recortan bruscamente los tipos de interés.
Fuente : BlackRock

Los estrategas del líder en gestión pasiva mantienen una posición sobreponderada en renta variable estadounidense, con especial atención a la IA, en un horizonte temporal de seis a doce meses. También tienen una fuerte convicción en la renta variable japonesa, respaldada por unos fundamentos económicos sólidos y las reformas en curso para mejorar la rentabilidad empresarial. También les gustan los ingresos de los bonos a corto plazo y el crédito, y ven los mercados privados como una forma de captar a los primeros ganadores y la infraestructura necesaria para el auge de la inversión que se avecina.

El comienzo de 2024 ha sido testigo de grandes transformaciones económicas, con inversiones masivas en inteligencia artificial, transición a bajas emisiones de carbono y reorganización de la cadena de suministro. Aunque el contexto macroeconómico sigue siendo incierto, estas inversiones ofrecen importantes oportunidades a los inversores. Centrándose en los fundamentos de las empresas y estando preparados para ajustar sus posiciones a medida que evolucionan los escenarios, los estrategas de BlackRock creen que los inversores pueden navegar con éxito por este periodo de transformación económica.

Para saber más, lea el análisis completo de BlackRock.