A finales de febrero, el administrador de la FAA, Mike Whitaker, dio a Boeing un plazo de 90 días para desarrollar un plan integral que abordara los "problemas sistémicos de control de calidad" y le prohibió ampliar la producción del 737 MAX.
Whitaker dijo a ABC News que el plan de 90 días, previsto para la próxima semana, "no es el final del proceso. Es el principio y va a ser un largo camino para conseguir que Boeing vuelva a estar donde tiene que estar fabricando aviones seguros".