Los gigantes de la defensa y las empresas emergentes de tecnología militar aprovecharon el Salón Aeronáutico de París para presentar drones de última generación conocidos como "wingman": aeronaves no tripuladas diseñadas para volar junto a los cazas de nueva generación y transformar el futuro del combate aéreo.

El evento de París, considerado la mayor reunión aeroespacial y de defensa del mundo, contó con un número récord de drones, reflejando su creciente importancia tras demostrar su eficacia en la guerra de Ucrania y ante la preparación de Estados Unidos para un posible conflicto con China en el Pacífico.

En abril del año pasado, la Fuerza Aérea de EE. UU. seleccionó a Anduril y General Atomics para desarrollar la primera flota de drones wingman, diseñados para volar junto a cazas tripulados y conocidos oficialmente como Aeronaves de Combate Colaborativo (CCA, por sus siglas en inglés).

Anduril, con sede en California, que ya ha suministrado pequeños drones a Ucrania y debutaba en el salón, exhibió un modelo de su dron Fury de 17 pies, cuya producción está prevista para 2027 como parte del programa CCA de la Fuerza Aérea estadounidense.

"Nos estamos moviendo extremadamente rápido", declaró Jason Levin, vicepresidente senior de ingeniería de Anduril, a Reuters.

"La aeronave es muy capaz. No podemos entrar en detalles aquí, pero cumple la misión como un caza", añadió Levin.

Levin señaló que Anduril ha recaudado 2.500 millones de dólares para construir una planta de producción de 465.000 metros cuadrados en Ohio, cuyas obras comenzarán el próximo año.

En marzo, Anduril firmó un acuerdo de 30 millones de libras (38 millones de dólares) con el Reino Unido para suministrar su compacto dron Altius a Ucrania. Este dron puede lanzarse desde tierra o aire y es capaz de realizar ataques, servir como señuelo o llevar a cabo acciones de guerra cibernética.

Los drones más grandes como Fury forman parte del programa CCA de EE. UU., que pretende desplegar alrededor de 1.000 drones autónomos capaces de realizar tareas de vigilancia, guerra electrónica y operaciones de ataque junto a cazas tripulados, como el F-35 de Lockheed Martin y el próximo F-47, cuya fabricación fue adjudicada a Boeing tras su selección por parte de la Fuerza Aérea en marzo.

General Atomics presentó en el salón un modelo de su dron YFQ-42A, equivalente al Fury, ambos diseñados para un posible uso en el Pacífico si China invadiera Taiwán, gobernado democráticamente.

La semana pasada, Boeing demostró el potencial de los drones operando en coordinación con pilotos humanos durante una prueba pionera con la Real Fuerza Aérea Australiana, informó el gigante aeroespacial estadounidense en el salón.

En la prueba, dos drones Ghost Bat de Boeing volaron junto a una aeronave de vigilancia E-7A Wedgetail, con un operador humano controlando a distancia los sistemas no tripulados para ejecutar una misión contra un objetivo aéreo, según la compañía.

"El Ghost Bat tiene el potencial de convertir un solo caza en un equipo de combate, con sensores avanzados que actúan como cientos de ojos en el cielo", afirmó Pat Conroy, ministro australiano de Industria de Defensa, en un comunicado.

Las empresas europeas de defensa también avanzan en iniciativas de drones wingman, como Saab de Suecia y una asociación trilateral entre Dassault Aviation, Airbus e Indra Sistemas en el marco del programa Future Combat Air System. El objetivo es integrar drones autónomos con cazas tripulados.

La turca Baykar mostró por primera vez dos de sus modelos de drones en el salón: el Akinci, de gran altitud y capacidad de carga, y el TB3, que cuenta con alas plegables y puede despegar o aterrizar en portaaviones con pistas cortas. El lunes, Baykar y el grupo italiano de defensa y aeroespacial Leonardo lanzaron formalmente una empresa conjunta para sistemas no tripulados.

La alemana Rheinmetall anunció en el salón que se asociará con Anduril para fabricar versiones del Fury y el Barracuda --un dron de tipo misil de crucero-- para los mercados europeos.