Los pedidos de bienes de capital no relacionados con la defensa, excluidos los aviones, un indicador muy vigilado de los planes de gasto de las empresas, cayeron un 0,2% el mes pasado tras un aumento revisado a la baja del 0,3% en septiembre, según informó el miércoles la Oficina del Censo del Departamento de Comercio.
Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que estos llamados pedidos de bienes de capital básicos ganarían un 0,1% tras el avance del 0,7% registrado en septiembre. Los envíos de bienes de capital básicos repuntaron un 0,2% tras caer un 0,1% el mes anterior.
La inversión empresarial en bienes de equipo se ha mantenido en su mayor parte a pesar del endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal para combatir la inflación, apoyada por el auge de la inteligencia artificial.
El banco central estadounidense comenzó a recortar los tipos de interés en septiembre, lo que podría mantener apuntalado el gasto.
Los pedidos de bienes de capital no destinados a la defensa repuntaron un 1,4% tras caer un 3,5% en septiembre. Los envíos de estos bienes cayeron un 1,9% tras disminuir un 3,8% el mes anterior.
La inversión empresarial en bienes de equipo registró fuertes ganancias en los dos trimestres anteriores, contribuyendo al rápido ritmo de crecimiento de la economía durante ese periodo.
Los pedidos de bienes duraderos, artículos que van desde tostadoras a aviones destinados a durar tres años o más, aumentaron un 0,2% tras caer un 0,4% en septiembre.
Se vieron impulsados por un aumento del 0,5% en los pedidos de equipos de transporte, que siguió a un descenso del 1,9% en septiembre.
Los pedidos de vehículos de motor y piezas cayeron un 0,4%. Los pedidos de aviones comerciales y piezas aumentaron un 8,3% tras caer un 16,6% el mes anterior. Boeing informó en su página web de que había recibido 63 pedidos de aviones, por debajo de los 65 de septiembre.
Los pedidos incluían un número significativo de los aviones Dreamliner y de carga, más caros.
Los envíos de aviones comerciales cayeron un 11,8, probablemente deprimidos por una huelga de siete semanas recientemente finalizada en las fábricas de la costa oeste de Boeing, que detuvo la producción de su superventas 737 MAX así como de los aviones de fuselaje ancho 767 y 777. Boeing también se ha visto acosada por problemas de seguridad.