LEÓPOLIS/KIEV, 28 nov (Reuters) - El presidente Volodímir Zelenski advirtió a los ucranianos de que les espera otra semana brutal de frío y oscuridad, y predijo más ataques rusos contra las infraestructuras que no se detendrán hasta que Moscú se quede sin misiles.

Desde principios de octubre, Rusia ha lanzado masivos bombardeos de misiles contra las infraestructuras energéticas de Ucrania, y cada ataque tiene un impacto mayor que el anterior, a medida que se acumulan los daños y llega el invierno boreal.

En un discurso nocturno, Zelenski dijo que espera nuevos ataques esta semana que podrían ser tan graves como los de la semana pasada, los peores hasta ahora, que dejaron a millones de personas sin calefacción, agua o electricidad.

"Sabemos que los terroristas están planeando nuevos ataques. Lo sabemos con certeza", dijo Zelenski en su discurso nocturno por video del domingo. "Y mientras tengan misiles, lamentablemente no se calmarán".

Kiev dice que los ataques, que Rusia reconoce que se dirigen a la infraestructura ucraniana, tienen la intención de dañar a los civiles, lo que los convierte en un crimen de guerra. Moscú niega esta acusación, pero dijo la semana pasada que su sufrimiento no terminará a menos que Ucrania ceda a las demandas rusas, sin detallarlas.

En Kiev, la nieve cayó y las temperaturas rondaron el punto de congelación el domingo, mientras millones de personas en la capital ucraniana y sus alrededores luchaban contra las interrupciones del suministro eléctrico y la calefacción central causadas por las oleadas de ataques aéreos rusos.

Las autoridades locales afirmaron que los trabajadores estaban a punto de completar el restablecimiento de la electricidad, el agua y la calefacción, pero los altos niveles de consumo provocaron algunos apagones.

En el frente, el invierno que se avecina está dando lugar a una nueva fase del conflicto con una intensa guerra de trincheras a lo largo de posiciones fuertemente fortificadas, tras varios meses de repliegues rusos.

Como las fuerzas rusas han retrocedido en el noreste y se han retirado al otro lado del río Dniéper en el sur, la línea del frente solo tiene la mitad de la longitud que tenía hace unos meses, lo que hace más difícil que las fuerzas ucranianas encuentren tramos mal defendidos para montar nuevos avances.

Zelenski describió los intensos combates en un tramo del frente al oeste de la ciudad de Donetsk, donde Rusia ha centrado su asalto incluso mientras sus tropas se retiraban en otros lugares, y ambos bandos afirman haber sufrido grandes bajas con pocos cambios en las posiciones.

El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania dijo en su actualización diaria del lunes que las fuerzas ucranianas habían repelido los ataques rusos en Bajmut y Avdiivka en esa zona.

DISPUTA EN ZAPORIYIA

El Kremlin negó que Rusia tenga planes de retirarse de la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, que controla desde principios de la guerra.

El jefe del operador de energía nuclear de Ucrania, Petro Kotkin, dijo el domingo que había indicios de que Rusia podría retirarse de la planta: "Uno tiene la impresión de que están haciendo las maletas y robando todo lo que pueden".

No obstante, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, respondió el lunes: "No hay necesidad de buscar señales donde no las hay ni puede haberlas".

En Jersón, una ciudad del sur que ha estado sin electricidad ni calefacción desde que las fuerzas rusas la abandonaron a principios de mes, el gobernador regional Yaroslav Yanushevych dijo que el 17% de los clientes ya tenía electricidad. Otros distritos se conectarán pronto.

Ucrania ha obtenido una ventaja en el campo de batalla en parte gracias al despliegue de sistemas de cohetes occidentales que le permiten apuntar a posiciones rusas detrás de las líneas del frente, neutralizando en parte la ventaja de Moscú en cuanto a potencia de fuego de artillería.

En el último ejemplo de ayuda militar occidental a Kiev, el Pentágono está estudiando una propuesta de Boeing para suministrar a Ucrania pequeñas y baratas bombas de precisión que pueden encajar en cohetes con un alcance de 150 kilómetros, poniendo más objetivos rusos a su alcance.

(Reporte de Oleksandr Kozhukhar, Tom Balmforth y Pavel Polityuk en Kiev, Ronald Popeski en Winnipeg y Lidia Kelly en Melbourne; escrito por Stephen Coates, Himani Sarkar, Peter Graff; editado en español por Flora Gómez y Carlos Serrano)