Anunciado en mayo, el acuerdo es el segundo mayor a nivel mundial en lo que va de año y marca el intento de Broadcom de diversificar su negocio en el software empresarial.

Los acuerdos tecnológicos han suscitado un intenso escrutinio por parte de los reguladores de todo el mundo, preocupados por la concentración de poder en unos pocos actores y por la posibilidad de que las empresas más grandes adquieran nuevas empresas sólo para cerrarlas.

"Este (acuerdo) está creando más competencia en el mercado de la nube, donde ahora hay jugadores muy grandes. Esto no tiene que ir a la fase dos en absoluto", dijo una de las personas, refiriéndose a la segunda fase de investigación de la Comisión Europea, que dura cuatro meses.

"Para que la Comisión pase a la fase dos, tiene que haber un verdadero problema de competencia -horizontal, vertical, riesgo de exclusión- y creo que podemos demostrar que esos riesgos no existen realmente en este caso", dijo la persona.

Broadcom todavía tiene que buscar la aprobación de la UE para el acuerdo.

"Seguimos avanzando con nuestras diversas presentaciones regulatorias en todo el mundo, y ese trabajo avanza según lo esperado", dijo la compañía.

En su revisión de la adquisición por parte de Dell de la empresa de almacenamiento de datos EMC Corp, por valor de 67.000 millones de dólares, en 2016, el organismo encargado de velar por la competencia de la UE dijo que VMware, de EMC, tenía una posición fuerte pero no la capacidad ni el incentivo para dejar fuera a los competidores.

"En los últimos cinco años, lo que hemos visto es un crecimiento exponencial de la presión competitiva sobre VMWare por parte de aquellos competidores que la Comisión no tuvo en cuenta", dijo otra persona, refiriéndose a Amazon, Microsoft y Google, los tres principales proveedores de servicios en la nube.

"Esta debería ser una investigación de primera fase basada en los hechos", dijo la persona, refiriéndose a la revisión preliminar de fusiones de la UE.