Cataluña ha perdido su estatus frente a Madrid como la primera potencia económica de España después de que miles de empresas trasladaran su sede legal fuera de la región, temiendo que el impulso de la secesión de 2017 dejara a Cataluña fuera de la Unión Europea y de sus protecciones.

El apoyo a la independencia se ha enfriado desde el 49% en el momento del referéndum hasta el 41%, mientras que la coalición de partidos del gobierno regional que apoya la separación está en crisis en medio de diferencias sobre cómo llevar adelante el movimiento.

Las consecuencias sirven de advertencia para el movimiento independentista en Escocia, que está presionando para celebrar otro referéndum el próximo año sobre la separación del Reino Unido.

Aunque los separatistas catalanes no se arrepienten de su intento de secesión, han sacado lecciones de él, como la "necesidad de más apoyo dentro de nuestra sociedad y más reconocimiento internacional", dijo Oriol Junqueras, presidente del partido regional gobernante Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).

Junqueras era el subjefe de gobierno de Cataluña cuando la región celebró un referéndum de independencia prohibido por un tribunal español. Las imágenes de policías antidisturbios irrumpiendo en los colegios electorales dieron la vuelta al mundo ante la perspectiva de una ruptura desordenada.

El 27 de octubre de 2017, Cataluña emitió una efímera declaración de independencia. El movimiento se desvaneció después de que el gobierno español impusiera un gobierno directo sobre la región autónoma.

Nueve líderes separatistas fueron condenados a largas penas de cárcel, siendo Junqueras el que recibió la más larga de 13 años por sedición. Todos fueron indultados en 2021.

Unas 3.000 empresas trasladaron su domicilio social fuera de Cataluña en los seis meses posteriores al referéndum, según la consultora Informa. Entre ellas había bancos como Caixabank y Sabadell, la empresa de servicios públicos Naturgy y el proveedor de telecomunicaciones Cellnex.

Muchos mantuvieron sus oficinas directivas en la región, pero el traslado legal significa que algunos impuestos se pagan en regiones rivales como Valencia y Madrid, que Cataluña acoge menos eventos empresariales y que las empresas extranjeras han optado por ubicaciones menos arriesgadas.

Entre el tercer trimestre de 2017 y el de 2019 se dejaron de crear unos 30.000 puestos de trabajo en Cataluña por motivos políticos y de seguridad, según el banco BBVA.

Los movimientos corporativos "fueron muy perjudiciales para la economía catalana y la situación no se ha restablecido", dijo Guillem López Casasnovas, profesor de economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y ex miembro del consejo del Banco de España.

El grupo de aguas de Barcelona, Aigües de Barcelona, es la única gran empresa de la que se sabe que ha vuelto.

Un portavoz de Caixabank, el mayor prestamista nacional de España, dijo que su decisión de trasladar su sede social a Valencia era permanente.

La posibilidad de volver a Cataluña "no está sobre la mesa", dijo un portavoz del Sabadell.

La Fundación Caixabank, que en 2017 dijo que el traslado de su sede social era "temporal" pero no ha regresado, declinó hacer comentarios, junto con Naturgy y Cellnex.

Cataluña debe enviar "señales inequívocas" de que la seguridad jurídica está garantizada para animar a las empresas a volver, dijo Josep Sánchez Llibre, presidente de la principal asociación empresarial de Cataluña, Foment del Treball.

BENEFICIOS PARA MADRID

Madrid ha sido la principal beneficiada de la agitación.

La capital española superó a Cataluña como la región con mayor PIB entre 2017 y 2020. La inversión extranjera se ha ralentizado en Cataluña desde 2017, mientras que ha crecido en Madrid.

El gobierno catalán defiende su trayectoria económica. La consejera de Asuntos Exteriores, Meritxell Serret, que formó parte del gobierno de 2017, dijo que los movimientos corporativos fueron en su mayoría impulsados políticamente y "no han tenido grandes efectos económicos".

Destacó un desempleo inferior al de Madrid y a la media española y unos sectores industriales y tecnológicos fuertes.

Junqueras insistió en que el movimiento separatista catalán sigue siendo fuerte, señalando el aumento de legisladores independentistas en la última década.

Dijo que la comunidad internacional recomendaba un enfoque más conciliador, aunque los partidarios de la línea dura del movimiento no estén de acuerdo.

Al igual que Escocia, el movimiento independentista de Cataluña está impulsando ahora otro referéndum, esta vez con la aprobación del gobierno español. Pero al igual que con el gobierno del Reino Unido y la candidatura de Escocia, España ha rechazado hasta ahora la propuesta.

"Estamos convencidos de que la negociación es la herramienta adecuada para resolver los conflictos políticos", dijo Junqueras.