Se espera que el ex ciclón tropical Lincoln vuelva a intensificarse hasta alcanzar fuerza ciclónica el jueves por la noche en el noroeste de Australia, según informó la oficina meteorológica del país, mientras los puertos de toda la región empezaban a desalojar los barcos.

El puerto de Dampier, que transporta sobre todo mineral de hierro de Río Tinto, y el puerto de Ashburton, utilizado por Chevron para las exportaciones de gas natural licuado (GNL) desde su terminal marítima de Wheatstone, han comenzado a desalojar buques.

Se espera que todos los fondeaderos portuarios estén despejados para el jueves por la tarde, dijo el operador Pilbara Ports en su última actualización. También se están desalojando los barcos atracados en la isla de Varanus, un centro de recolección y procesamiento de petróleo y gas.

El principal productor mundial de mineral de hierro, Rio Tinto, y Chevron no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios sobre cualquier impacto en las operaciones.

No se han emitido advertencias para Port Hedland, el mayor centro de exportación de mineral de hierro del mundo, situado a más de 250 km (155 millas) al norte del puerto de Dampier.

Lincoln tocó tierra la semana pasada en la costa septentrional de Australia, cerca del golfo de Carpentaria, pero más tarde se degradó a baja tropical. Desde entonces, el sistema meteorológico ha estado siguiendo en dirección suroeste hacia el estado de Australia Occidental.

El jueves, las alertas por tormentas se extendían a lo largo de más de 500 km, y la Oficina de Meteorología de Australia advirtió de que fuertes lluvias y rachas de viento de hasta 100 km/h podrían azotar las regiones costeras a partir del viernes.

Mientras algunas zonas del noroeste de Australia se preparan para el ciclón, se emitieron alertas por incendios forestales en todo el sureste. Está en vigor una prohibición total de incendios en la mayor parte del estado de Victoria, con temperaturas que rozarán los 40 grados Celsius (104 grados Fahrenheit) en algunas partes.

El verano australiano de diciembre a febrero está bajo la influencia del fenómeno de El Niño, que puede provocar fenómenos meteorológicos extremos que van desde incendios forestales a ciclones y sequías prolongadas.