El gigante energético mundial revisó su actividad después de que el estado de Australia Occidental, donde se encuentran las operaciones locales de Chevron, realizara una investigación sobre el acoso sexual a las mujeres en la industria minera.

La encuesta de Chevron, realizada por una consultora llamada Intersection, descubrió que el 47% de los empleados había sufrido acoso en los últimos cinco años.

Decía que el 30% había sufrido acoso sexual en los últimos cinco años. Esta cifra es inferior a la media de la industria, que es del 40%, y a la media nacional de todas las industrias, que es del 33%, según el informe.

Más de la mitad del personal de Chevron Australia declaró haber presenciado u oído hablar de intimidación, acoso o discriminación, pero el 47% de ellos no tomó ninguna medida por miedo a las represalias, a que las cosas empeoraran para la víctima o porque ésta no quería que se tomaran medidas.

"Lo que está claro es que la intimidación, el acoso y la discriminación se producen en nuestros lugares de trabajo, y no todo el mundo se siente confiado a la hora de denunciar estos incidentes a través de los distintos canales disponibles", dijo el director general de Chevron Australia, Mark Hatfield, en un comunicado.

Una mujer que se quejó después de haber sido molestada en la oficina durante el horario de trabajo dijo que no se le creyó.

"Fue muy angustioso", dijo la empleada citada en el estudio de Chevron.

El informe reveló que había una falta de responsabilidad por el mal comportamiento que permitía que continuara o empeorara, y que pocas víctimas habían presentado una denuncia formal.

"También existe la percepción entre algunos de los trabajadores de Chevron Australia de que el resultado financiero se valora por encima del bienestar y, en última instancia, de la seguridad física y psicológica", dijo Intersection en el informe.

La empresa ha nombrado a un director de proyecto que informa a Hatfield para que lleve a cabo las recomendaciones del informe, entre las que se incluyen la adopción de medidas para hacer frente a la intimidación, el acoso y la discriminación, y la mejora de la responsabilidad de los dirigentes y de las respuestas a las denuncias de mal comportamiento.