El gigante petrolero estatal es una de las principales empresas que están construyendo proyectos piloto de CCUS en China, como parte del objetivo del país de alcanzar el pico de emisiones de carbono en 2030.

El nuevo proyecto de CCUS, que comenzó a construirse hace poco más de un año, consiste en capturar el dióxido de carbono producido en la refinería Qilu de Sinopec, en la provincia oriental de Shandong, durante un proceso de fabricación de hidrógeno, para luego inyectarlo en 73 pozos petrolíferos del cercano yacimiento de Shengli.

Sinopec ha calculado que se inyectarán 10,68 millones de toneladas de dióxido de carbono en el yacimiento durante los próximos 15 años, lo que aumentará la producción de crudo en casi 3 millones de toneladas.

En la actualidad, el CO2 de la refinería de Qilu se transporta en camiones hasta el yacimiento, pero Sinopec espera completar a finales de año un oleoducto para trasladar el CO2, que será el primero de este tipo en China.

"Aunque el CCUS de China sigue estando en una fase experimental, está a la altura de los niveles de sus homólogos mundiales, aunque con retraso en algunos conocimientos tecnológicos clave", dijo Sinopec en un comunicado de prensa.

Sinopec explorará la creación de un centro de investigación y desarrollo de CCUS para 2025, centrándose en el desarrollo de tecnologías de frontera como la combinación de CCUS con energía eólica y solar, CCUS con energía de hidrógeno y biomasa, dijo la empresa.

El año pasado, Sinopec capturó y almacenó más de 1,52 millones de toneladas de dióxido de carbono.

Su objetivo es construir otros dos proyectos piloto en los próximos años en los yacimientos cercanos de Huadong y Jiangsu.