ChromaDex Corp. informó en la revista revisada por pares Translational Neurodegeneration de un equipo de científicos dirigido por el Dr. Adil Mardinoglu, catedrático de Biología de Sistemas en el Laboratorio de Ciencia para la Vida del Real Instituto de Tecnología (KTH) de Estocolmo (Suecia) y del Centro de Interacción Huésped-Microbioma del King's College de Londres (Reino Unido). El ensayo clínico formaba parte del Programa de Investigación Externa de ChromaDex (CERPo) e investigaba un activador metabólico combinado (CMA), o ingrediente acocktail', que incluía el ingrediente Niagen® patentado por la empresa (ribósido de nicotinamida patentado o NR) además de tartrato de L-carnitina, serina y N-acetil-L-cisteína (NAC) en 60 pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) de leve a moderada.

Los resultados demostraron que la suplementación con CMA mejoró significativamente la función cognitiva en un 29% (frente a sólo un 14% en el grupo placebo) y los marcadores de salud hepática y renal en pacientes con EA en comparación con el placebo tras 84 días de suplementación. Este estudio marca un hito, ya que es el primer estudio clínico revisado por expertos que investiga los efectos de la suplementación con CMA en pacientes humanos con EA.

El uso de esta CMA se basa en anteriores estudios clínicos y preclínicos de éxito, que demostraron la eficacia de la CMA. En un estudio preclínico, se utilizaron modelos de ratas con EA y enfermedad de Parkinson (EP) para demostrar que la suplementación con CMA producía una mejora del metabolismo cerebral y hepático. Además, los resultados revelaron que la hiperemia (flujo sanguíneo), la degeneración (pérdida de estructura o función nerviosa) y la necrosis (muerte de neuronas) en las neuronas cerebrales mejoraron con la administración de CMA tanto en modelos animales de EA como de EP (Science Direct).

En dos ensayos clínicos anteriores en humanos, la suplementación con CMA mejoró la salud del hígado en pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) y mejoró el tiempo de recuperación de los pacientes con COVID-19 (Molecular Systems Biology; Advanced Science). En ambos ensayos clínicos, el éxito de la CMA se atribuyó en parte a su efecto beneficioso sobre la salud y la función mitocondrial. Existen varios factores de riesgo asociados a la EA, como la edad, un estilo de vida inadecuado, mutaciones genéticas y disfunciones metabólicas.

Aunque el mecanismo exacto del desarrollo de la EA sigue siendo desconocido, un gran número de pruebas sugiere que las mitocondrias disfuncionales y el metabolismo energético cerebral pueden desempeñar papeles clave en su desarrollo. Dado que las mitocondrias son fundamentales para la producción de energía celular, los cambios significativos en la función mitocondrial están relacionados con el fallo energético y la muerte de las células cerebrales. De hecho, las investigaciones sugieren que una salud mitocondrial óptima no sólo ayuda a mantener la actividad de las células cerebrales proporcionándoles suficiente energía, sino que también las protege mitigando el estrés oxidativo (una alteración del equilibrio entre la producción de especies reactivas del oxígeno, o radicales libres, y las defensas antioxidantes) y los daños.

Por ello, el equipo del Dr. Adil Mardinoglu trató de determinar si el apoyo a la función mitocondrial puede ser una estrategia eficaz para ayudar a mejorar los síntomas observados en los pacientes con EA.