Sobre el papel, Coinbase cumple todos los requisitos: fiabilidad, confianza de los usuarios y calidad de servicio. La plataforma se ha consolidado como uno de los pesos pesados del sector. Y las cifras del cuarto trimestre de 2024 así lo confirman. Unas ventas totales de 2.300 millones USD en el cuarto trimestre (6.600 millones USD en el ejercicio) y un beneficio neto de 1.300 millones USD (2.600 millones USD en todo el ejercicio).

Los analistas esperaban unos buenos resultados, pero lo que obtuvieron fue una fantasía. Las ventas por transacciones aumentaron en 572 millones, hasta los 1.550 millones USD, en tres meses. El negocio de suscripciones y servicios, que se supone estabiliza la actividad frente a la montaña rusa de las criptomonedas, también dio la campanada: 641 millones USD, muy por encima de las previsiones (de entre 505 y 580 millones). La tendencia continúa en 2025, pues, a 11 de febrero, Coinbase ya había generado 750 millones USD en operaciones.


Coinbase, un cajero automático 10-K Coinbase

Añádase a esto un ebitda ajustado de 1.280 millones USD en el cuarto trimestre (3.300 millones en el ejercicio) y un sólido beneficio del 58%. La empresa parece haber encontrado la receta para convertir la moda de las criptomonedas en dinero en efectivo, al tiempo que asegura su futuro con ingresos menos cíclicos. La guinda del pastel: Coinbase ha registrado 404.000 millones USD en activos totales en la plataforma, todo un récord. Es decir, el 12% de la capitalización total del mercado de criptomonedas.

¿El punto débil de Coinbase? Su malsana dependencia de la montaña rusa de los ciclos de las criptomonedas. Cuando el mercado se vuelve loco, es una gran fiesta, pero cuando se tambalea, los ingresos caen en picado. Para amortiguar el golpe, la plataforma cuenta con una red de seguridad: suscripciones y servicios. Una fuente de ingresos más estable, menos sujeta a los vaivenes del Bitcoin. Una estrategia tranquilizadora, pero que aún tiene que demostrar su eficacia.

Pero detrás de la euforia, hay dos señales de alarma. En primer lugar, la competencia, porque, tras las cifras deslumbrantes, hay dos piedras en el zapato: la competencia y la dependencia del volumen de operaciones. En el tercer trimestre, la plataforma manejó 185.000 millones USD. En el cuarto, estaba eufórica: 439.000 millones USD. Pero esto no es eterno. Si el mercado de criptomonedas se toma un respiro, si afloja el apetito, los volúmenes caerán en picado. Y con ellos, los ingresos. Y con ellos, los márgenes. El efecto dominó es rápido.

Y la competencia no espera. Hoy en día, la compra de criptomonedas ya no está reservada a los iniciados. Mercado Pago (Mercado Libre), Nu Holdings, Inter, Robinhood… Todo el mundo quiere un pedazo de la tarta. Por no hablar del gigante Binance, que está en otra liga.

Coinbase sigue teniendo la ventaja de la experiencia y la confianza, es cierto. Pero para que su valoración actual esté justificada, el crecimiento tiene que continuar, trimestre a trimestre. Y captar nuevos clientes, mantener altos volúmenes de negociación y diversificarse… en un mercado en el que todo el mundo quiere convertirse en la "puerta de entrada a las criptomonedas", no es ni mucho menos una tarea fácil.

Por último, la eterna comparación: ¿por qué comprar Coinbase cuando puedes poseer bitcoin directamente? Si comparamos rentabilidades, la ventaja de bitcoin es evidente.

Los dos activos avanzan de la mano, lo que no es ninguna sorpresa. El volumen de operaciones en Coinbase suele seguir el estado de ánimo de BTC. Incluso en el cuarto trimestre, cuando la plataforma hacía alarde de su diversificación, el bitcoin seguía representando el 27% de los volúmenes (10 puntos menos que el trimestre anterior, lo que fue una sorpresa).

Pero lo realmente preocupante es que esta correlación no juega a favor de Coinbase. Desde su salida a bolsa, COIN ha caído un 9%. En el mismo periodo, el bitcoin se ha disparado un 55%. ¿En tres años? +127% para BTC, +53% para Coinbase. En seis meses, es la misma historia: bitcoin sube un 64%, Coinbase sube un 55%. Solo el último año se ha adelantado, subiendo un 102%, frente al 94% de Bitcoin.


BTC vs. COIN (MarketScreener)

Algunos podrían decir que Coinbase es una empresa con liquidez, diversificación y potencial para monetizar el ecosistema cripto. Cierto, pero también es una empresa que depende de los ciclos del bitcoin. Y ahí está el problema: el bitcoin no necesita a Coinbase. Coinbase, en cambio, sigue atada al destino de BTC.

Comprar bitcoin significa apostar por el activo en sí, sin los riesgos de ejecución o de competencia a los que se enfrenta Coinbase. La acción, por su parte, sigue siendo sensible a todo: caída de volúmenes, presión sobre los márgenes, nuevos entrantes, etc. El coste de oportunidad es claro.

Coinbase tiene potencial para liberarse de esta dependencia, gracias en particular a las suscripciones y los servicios. Pero, por el momento, la correlación sigue siendo fuerte. Y en el balance de rentabilidades, gana el bitcoin. Pero Coinbase mira hacia el futuro con buenas perspectivas y, sobre todo, claras.

En su última carta a los accionistas, la plataforma se muestra optimista: "La era de la represión ha quedado atrás". Atrás quedaron los días en los que la criptoindustria avanzaba bajo la amenaza de los gendarmes financieros. Ahora es tiempo de construcción. Un viento favorable que, según Coinbase, sopla directamente desde la Casa Blanca: la administración Trump quiere convertir a Estados Unidos en el centro mundial de los activos digitales. Y en otros lugares, la misma dinámica: los gobiernos liberan fondos y se toman en serio la criptoesfera.

Así que nos dirigimos a 2025. El objetivo es claro: crecimiento de ingresos, mejora de la experiencia de usuario y consolidación de infraestructuras. En detalle, Coinbase apuesta por tres pilares: ganar cuota de mercado a sus rivales, impulsar el crecimiento de USDC, su criptomoneda estable, respaldada por el dólar, para consolidar su posición en el ecosistema, y desarrollar servicios auxiliares como el staking, la custodia de activos y las suscripciones Coinbase One.

La estrategia es clara: depender menos de la montaña rusa de los volúmenes de intercambio y asegurarse fuentes de ingresos estables. Una visión a largo plazo, mientras Estados Unidos se prepara para redibujar las reglas del criptojuego.

Coinbase tiene unos cimientos sólidos, un equipo directivo que está tomando las decisiones correctas y un futuro que se vislumbra prometedor gracias a su diversificación. Con todo, la acción sigue siendo una apuesta por la continuación del mercado alcista de las criptomonedas y, en ese escenario, algunos prefieren apostar directamente por el oro digital.