PEKÍN, 30 dic (Reuters) - Varios medios de comunicación estatales chinos calificaron de "discriminatorios" los requisitos de las pruebas de COVID-19 impuestos por varios países del mundo en respuesta a un resurgimiento de las infecciones, en lo que constituye el más claro rechazo hasta la fecha a las restricciones que están frenando su reapertura.

Tras haber mantenido prácticamente cerradas sus fronteras durante tres años, imponiendo un estricto régimen de confinamientos y pruebas, China dio un brusco giro hacia la convivencia con el virus el 7 de diciembre, tras lo que ha estallado una oleada de infecciones en el país.

Algunos países se han visto sorprendidos por la magnitud del brote en China y han expresado su escepticismo ante las estadísticas COVID de Pekín. Estados Unidos, Corea del Sur, India, Italia, Japón y Taiwán han impuesto pruebas de COVID a los viajeros procedentes de China.

"La verdadera intención es sabotear los tres años de esfuerzos de control de COVID-19 de China y atacar el sistema del país", afirmó el tabloide estatal Global Times en un artículo publicado a última hora del jueves, calificando las restricciones de "infundadas" y "discriminatorias".

China dejará de exigir a los viajeros entrantes que entren en cuarentena a partir del 8 de enero. Pero seguirá exigiendo un resultado negativo en la prueba PCR en las 48 horas previas a la salida.

Italia instó el jueves al resto de la Unión Europea a seguir su ejemplo, pero Francia, Alemania y Portugal han dicho que no ven la necesidad de nuevas restricciones, mientras que Austria ha subrayado los beneficios económicos del regreso de los turistas chinos a Europa.

El gasto mundial de los visitantes chinos superaba los 250.000 millones de dólares al año antes de la pandemia.

Estados Unidos ha expresado su preocupación por las posibles mutaciones del virus en su paso por el país más poblado del mundo, así como por la transparencia de los datos chinos.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos está estudiando la posibilidad de tomar muestras de las aguas residuales de los aviones internacionales, con el fin de rastrear cualquier nueva variante que pueda surgir, según declaró la agencia a Reuters.

China, un país de 1.400 millones de habitantes, comunicó una nueva muerte por COVID el jueves, igual que el día anterior, cifras que no coinciden con la experiencia de otros países tras su reapertura.

La cifra oficial de 5.247 muertos en China desde el inicio de la pandemia es comparable a la de más de un millón de fallecidos en Estados Unidos. Hong Kong, ciudad de 7,4 millones de habitantes gobernada por China, ha registrado más de 11.000 muertes.

La empresa de datos sanitarios Airfinity, con sede en el Reino Unido, afirmó el jueves que en China probablemente mueren unas 9.000 personas al día a causa del COVID. Las muertes acumuladas en China desde el 1 de diciembre han alcanzado probablemente la cifra de 100.000, con un total de 18,6 millones de infecciones.

Airfinity prevé que las infecciones por COVID en China alcancen su primer pico el 13 de enero, con 3,7 millones de casos al día.

EXCESO DE MORTALIDAD

El epidemiólogo jefe de China, Wu Zunyou, declaró el jueves que un equipo del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades planea evaluar la mortalidad de forma diferente.

El equipo medirá la diferencia entre el número de muertes en la actual oleada de infecciones y el número de muertes esperadas si la epidemia nunca se hubiera producido. Calculando el "exceso de mortalidad", China podrá determinar lo que podría haberse subestimado potencialmente, dijo Wu.

China ha afirmado que solo contabiliza como relacionadas con el COVID las muertes de pacientes causadas por neumonía e insuficiencia respiratoria.

El recuento de muertes, relativamente bajo, tampoco concuerda con la creciente demanda registrada en las funerarias de varias ciudades chinas.

El levantamiento de las restricciones, tras las protestas generalizadas contra ellas en noviembre, ha desbordado los hospitales y las funerarias de todo el país, con escenas de personas con goteros intravenosos al borde de la carretera y colas de coches fúnebres ante los crematorios que han avivado la preocupación pública.

Los expertos sanitarios afirman que China estaba mal preparada para el brusco giro de 180 grados en la estrategia defendida durante mucho tiempo por el presidente Xi Jinping. En diciembre, las licitaciones convocadas por los hospitales para la adquisición de equipos médicos clave, como ventiladores y monitores de pacientes, fueron de dos a tres veces superiores a las de meses anteriores, según un estudio de Reuters, lo que sugiere que los hospitales de todo el país estaban teniendo dificultades para cubrir la escasez.

PROBLEMAS ECONÓMICOS

Se prevé que la segunda mayor economía del mundo se ralentice aún más a corto plazo, a medida que enfermen los trabajadores de las fábricas y los consumidores. Algunos economistas pronostican un fuerte rebote a partir de una base baja el próximo año, pero persiste la preocupación de que algunos de los daños causados por tres años de restricciones puedan ser a largo plazo.

Los consumidores pueden necesitar tiempo para recuperar la confianza y el apetito de gasto tras perder ingresos durante los confinamientos, mientras que el sector privado puede haber utilizado sus fondos de expansión para cubrir las pérdidas ocasionadas por las restricciones.

China, fuertemente endeudada, también se enfrentará a la ralentización de la demanda en sus principales mercados de exportación, mientras que su enorme sector inmobiliario se lame las heridas tras una serie de impagos.

Lo más probable es que la actividad de las fábricas chinas se enfriara en diciembre, ya que el aumento de las infecciones empezó a afectar a las líneas de producción, según mostró el viernes un sondeo de Reuters.

(Escrito por Marius Zaharia; editado en español por Flora Gómez)