Armaguard Group, propiedad del empresario multimillonario Lindsay Fox, había estado en conversaciones con los principales bancos y minoristas, entre ellos Coles Group y Woolworths, para conseguir un acuerdo de financiación a corto plazo de última hora que mantuviera en funcionamiento sus servicios de distribución de billetes.

Pero después de que Linfox interviniera, Armaguard dijo que había rechazado ese acuerdo.

"Armaguard sigue operando su conjunto completo de servicios y confía en que, en los próximos meses, conseguirá que el negocio alcance una base sostenible a largo plazo con el apoyo adecuado de la industria", declaró el consejero delegado de Armaguard, Mick Cronin, en un comunicado enviado a Reuters.

Armaguard se fusionó con su rival Prosegur el año pasado para crear un cuasi monopolio que se suponía apuntalaría el sector. Pero a pesar de la fusión, Armaguard dijo que su negocio de distribución de efectivo seguía siendo insostenible en medio de un rápido cambio hacia las transacciones sin efectivo.

Coles, cliente de Armaguard, dijo que estaba limitando las retiradas de efectivo a 200 dólares por cliente durante las vacaciones públicas de Semana Santa, que comienzan el viernes, a pesar de que sus servicios de la empresa de distribución de efectivo se habían restablecido por completo.

"Los clientes pueden seguir pagando y retirando efectivo en los supermercados y tiendas de licores Coles este fin de semana y en adelante", dijo un portavoz.

El Banco de la Reserva de Australia ha dicho que, con el descenso del uso del efectivo para las transacciones, desarrollar un modelo sostenible para la distribución de efectivo era complicado, pero clave.