Se han confirmado los objetivos de beneficios para el año, mientras que la rentabilidad de los fondos propios tangibles se sitúa -¡por fin! - a la media de otras grandes instituciones bancarias europeas.

La proporción de préstamos impagados sigue siendo insignificante y los volúmenes de préstamos se mantienen estables, incluso en los préstamos inmobiliarios. Se ha producido una notable mejora en los depósitos, que han aumentado en otros 2.000 millones de euros este trimestre.

Estos buenos resultados, en conjunto, son tanto más notables cuanto que contrastan con un entorno económico sometido a fuertes tensiones en Alemania. Si en algún lugar se pueden encontrar indicios de recesión, será en otro lugar que no sea Commerzbank.

Con sus confortables ratios de capitalización y una valoración aún deprimida, el grupo quiere ahora tirar la casa por la ventana en términos de recompra de acciones. Un nuevo tramo de 600 millones de euros espera la luz verde del BCE.

Si el regulador le da vía libre, Commerzbank podría devolver a sus accionistas en 2024 tanto capital como en los dos últimos años juntos. Estas ambiciones no han escapado a la atención del mercado, que quizás se ha apresurado demasiado a imaginar una nueva versión de la resurrección de UniCredit.

Con una capitalización bursátil que sigue rondando la mitad del valor de sus fondos propios tangibles, Commerzbank sigue estando por detrás de los bancos británicos, italianos y franceses, con la notable excepción de Société Générale.