Por Patricia Kowsmann y Margot Patrick 
   THE WALL STREET JOURNAL 
 

Los bancos europeos están utilizando la pandemia para hacer cambios que los inversores llevaban años deseando: reducir las plantillas, cerrar sucursales y obligar a los clientes a pasarse al negocio online.

El segundo mayor banco de Alemania, Commerzbank AG, anunció el jueves que eliminaría una tercera parte de su plantilla en el país y casi la mitad de sus oficinas físicas tras la presión del accionista estadounidense Cerberus Capital Management. Las fusiones de bancos que están ya en marcha en Italia y España provocarán el cierre de miles de sucursales. La consultora empresarial Kearney predice que una cuarta parte de las 165.000 sucursales bancarias de Europa habrán desaparecido en tres años.

Los bancos son uno de los eslabones económicos más débiles de Europa y han sido lentos a la hora de realizar cambios. En comparación con sus rivales estadounidenses, a las entidades europeas les ha costado hacer el suficiente dinero como para respaldar el crecimiento del crédito. Entraron en la crisis del Covid-19 digiriendo aún la montaña de préstamos morosos que se generó durante la crisis de deuda soberana que comenzó hace más de una década.

La pandemia provocó urgencia en la situación. El Banco Central Europeo cuenta con que los bancos se reformen y ha allanado el camino para que se realicen fusiones que ahorren costes. Los gobiernos nacionales, que se han resistido durante mucho tiempo a aprobar fusiones bancarias que provoquen destrucción de empleo, han cambiado de opinión. Y las lúgubres valoraciones de las acciones en el mercado han animado a los consejeros delegados a actuar.

"En cierta medida, la pandemia ha sido un catalizador para que los bancos comiencen a abordar las debilidades de manera más radical", indicó recientemente Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE.

Los costes de los bancos europeos son elevados en comparación con los ingresos que generan. Un área en la que se pueden hacer recortes es en las sucursales. Los cinco principales bancos de España cerraron el 8% de sus oficinas el año pasado y se han comprometido a seguir cerrando. Pese a años de recortes, el país tenía uno de los mayores números de sucursales de banca comercial per cápita de la eurozona --49 por cada 100.000 personas en 2019--, según el Fondo Monetario Internacional, frente a 30 en Estados Unidos.

CaixaBank SA, que absorberá su rival más pequeño Bankia SA para ganar tamaño, dijo que ahorraría EUR770 millones al año, y los analistas esperan que una gran parte de los ahorros provenga del cierre de hasta la mitad de sus 6.300 sucursales.

Se confía en que la pandemia haya enseñado a los clientes a vivir sin visitas frecuentes a las oficinas, que son caras de mantener.

Las visitas a sucursales físicas del irlandés AIB Group PLC bajaron un 30% durante la pandemia, lo que cual supuso un beneficio inesperado para el banco. Los clientes mayores de 65 años, que se resistían a usar las herramientas online son ahora el grupo que más crece en el uso de canales digitales de AIB, según su consejero delegado, Colin Hunt. Así, el banco fusionará algunas oficinas, reducirá el espacio y eliminará 1.500 empleos para reducir los costes un 10%.

Hasta ahora, los inversores se muestran escépticos sobre si la decisión de llevar a cabo recortes bastará. Las acciones de los bancos europeos llevan años languideciendo. Los mayores bancos de Europa, pese a que tienen balances equivalente a los de sus rivales estadounidenses, cotizan a una fracción de su valor de mercado.

En el caso de Commerzbank, los años de lento progreso en los recortes de costes inquietaron a su segundo mayor accionista, Cerberus. El pasado verano, exigió un cambio más abrupto, tras lo cual dimitió el presidente y consejero delegado del banco. El gigante del capital riesgo registra pérdidas de más de EUR300 millones por su inversión en 2017.

"Si queremos que el banco resista a lo que traiga el futuro, tenemos que llevar a cabo una reestructuración profunda, y cuanto antes", indicó el jueves Manfred Knof, consejero delegado de Commerzbank. Los fuertes recortes cuentan con el visto bueno del Estado alemán, el principal accionista del banco, y hasta ahora han encontrado poca resistencia de los sindicatos.

Una fuente con conocimiento de la postura de Cerberus dijo que el plan, que incluye la salida de destinos internacionales y el cierre de operaciones no deficitarias, está en línea con lo que lleva tiempo pidiendo.

En Italia, Intesa Sanpaolo SpA eliminó 10.000 puestos y cerró cientos de sucursales tras fusionarse con un rival más pequeño el año pasado. Su consejero delegado, Carlo Messina, dijo que algunas partes de la estrategia se habían "reformulado debido a la pandemia", ya que los clientes se pasaron a la operativa online, y que los ahorros anuales de costes del banco resultante de la fusión subieron un 37% a un total de EUR700 millones.

Pero aun así, el mayor banco de Italia por activos tiene más de 4.000 oficinas, a la par que JPMorgan Chase & Co y Bank of America Corp, pese a que opera en un mercado más pequeño. Intesa planea conservar al menos 3.000 sucursales y convertirlas en centros de asesoramiento en los que se venderán inversiones y seguros. También está canalizando a los clientes que no quieren pasarse a la operativa online hacia farmacias y cafeterías a través de una sociedad conjunta con un procesador de pagos.

--Xavier Fontdegloria contribuyó a este artículo

-Escriba a Patricia Kowsmann a patricia.kowsmann@wsj.com y Margot Patrick a margot.patrick@wsj.com

Versión española de María Elsa González maria.gonzalez@dowjones.com

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February 15, 2021 03:19 ET (08:19 GMT)