ZÚRICH, 25 jun (Reuters) - La alta dirección de Credit Suisse está bajo presión para presentar un plan de reestructuración del banco suizo, que se ha visto afectado por varios escándalos, y entre los proyectos contemplados podría estar una fusión con su competidor UBS, según dijeron a Reuters tres personas cercanas al proceso.

Los ejecutivos del banco temen que, debido a los escándalos, el emblemático banco suizo pueda ser cuestionado por inversores que exigen su fragmentación, o que su mermado valor en bolsa lo convierta en objetivo de una adquisición hostil extranjera, dijeron esas personas.

Su nuevo presidente, Antonio Horta-Osorio, anunció una revisión estratégica a finales de abril y dijo a los inversores que se tomaría su tiempo para tomar las difíciles decisiones que se avecinan.

La dirección del banco se reunirá la semana que viene, según una fuente consultada, mientras que otra persona con conocimiento del asunto dijo que varios altos ejecutivos querían examinar las propuestas de reestructuración a principios de julio

El banco suizo ha tenido que revisar su negocio después de perder más de 5.000 millones de dólares en el acelerado proceso para deshacer las operaciones del "family office" Archegos. Asimismo, la entidad se enfrenta a un aluvión de acciones judiciales por haber ayudado a sus clientes a invertir 10.000 millones de dólares en bonos emitidos por la colapsada Greensill Capital, una empresa de financiación de cadenas de suministro.

Las acciones del banco han caído más de una cuarta parte desde principios de marzo, cuando salieron a la luz sus problemas con Greensill.

"Credit Suisse necesita un acuerdo de fusión de inmediato", dijo a Reuters una persona con conocimiento del pensamiento del banco.

"Hay una creciente preocupación en Zúrich por que los inversores activistas vayan a por ellos si se quedan parados".

Algunos ejecutivos han debatido medidas como la escisión de su banco local suizo para preparar el resto del negocio para una operación de concentración, la poda de la banca de inversión o la venta de su negocio de gestión de activos, según dijeron dos de las fuentes.

Una tercera fuente dijo que la venta del banco de inversión estadounidense también es una opción.

Las discusiones de la dirección sobre la eventual reestructuración son preliminares y todavía no se ha tomado ninguna decisión, dijeron las fuentes.

Credit Suisse y UBS declinaron hacer comentarios.

La dirección del banco necesita un Credit Suisse de nuevo cuño, ya que su prestigio ante los clientes y en Suiza está en horas bajas.

En abril, el supervisor suizo FINMA dijo que había abierto un expediente de ejecución contra Credit Suisse a raíz de Archegos y que investigaría las deficiencias en su gestión del riesgo.

Los reguladores suizos están exasperados con la supuesta cultura despreocupada del banco, según dijo una persona con conocimiento directo del asunto.

La reducida capitalización de Credit Suisse en el mercado hace que su valor sea muy inferior al de algunos de los grandes bancos de Wall Street, que algunos observadores del mercado han señalado como posibles pretendientes.

Sin embargo, un eventual intento de compra desde Estados Unidos no sería bien recibido en Suiza. Las relaciones entre los bancos suizos y Washington se vieron perjudicadas cuando Estados Unidos les presionó para que abandonaran su estricto código de confidencialidad hace más de una década.

DESAPARECER EN MANOS EXTRANJERAS

Una fusión con UBS sería más aceptable, según las fuentes consultadas.

"La clase dirigente suiza es consciente de que, sin una fusión nacional, Credit Suisse desaparecerá en manos extranjeras", dijo una de las fuentes.

No obstante, la combinación de Credit Suisse y UBS tendría una posición dominante en el mercado suizo, una preocupación para los reguladores, que también podrían exigir que un grupo combinado refuerce su capital.

Credit Suisse podría escindir su banco suizo para hacer frente a los problemas de competencia, según una fuente.

Credit Suisse-UBS tendría una plantilla de más de 110.000 personas y un valor de mercado de más de 85.000 millones de dólares.

A principios de este año, cuando se le preguntó por una unión con Credit Suisse, el consejero delegado de UBS, Ralph Hamers, echó un jarro de agua fría sobre la idea, diciendo que prefería el crecimiento "orgánico".

Cualquier operación de fusión y adquisición de Credit Suisse supondría el fin de un icono nacional, fundado para financiar los ferrocarriles panalpinos del país y fundamental para la transformación de Suiza de nación agrícola a potencia financiera.

Para un buque insignia como éste, los suizos podrían preferir una solución autóctona a la perspectiva de una adquisición por parte de un banco extranjero.

Una fusión internacional sería complicada porque no estaría claro si Suiza u otro país anfitrión tendría el control.

UBS, por ejemplo, mantuvo conversaciones de fusión con el alemán Deutsche Bank en 2019, pero se frustraron ante la oposición suiza, dijo otra persona familiarizada con el asunto. Los dos bancos declinaron hacer comentarios al respecto.

El máximo ejecutivo de Deutsche, Christian Sewing, ha expresado su interés en participar en fusiones bancarias europeas.

Sin embargo, muchas personas que hablaron con Reuters para este artículo creían que un acuerdo entre Deutsche Bank y Credit Suisse es poco probable.

(Información de Pamela Barbaglia en Londres, John O'Donnell en Frankfurt, Brenna Hughes Neghaiwi en Zurich; información adicional de Oliver Hirt en Zurich, Patricia Uhlig y Tom Sims en Frankfurt, Lauren LaCapra en Nueva York; redacción de John O'Donnell; edición de Rachel Armstrong y Jane Merriman; traducido por Tomás Cobos)