La filtración abarcaba más de 18.000 cuentas, entre las que figuraban violadores de los derechos humanos, defraudadores y empresarios sujetos a sanciones, sumiendo así al mayor banco suizo en un escándalo de dinero sucio.

Las cuentas, que abarcan desde la década de 1940 hasta la de 2010, se filtraron el pasado mes de febrero al diario alemán Sueddeutsche Zeitung, que las compartió con medios de comunicación de todo el mundo.

La identidad de la persona u organización responsable de la filtración sigue siendo desconocida.

Los fiscales iniciaron el caso, por violación de las leyes sobre secreto bancario y daños causados a Credit Suisse, tras recibir una denuncia formal, informó el diario suizo Tagesanzeiger.

Ese periódico y otros citaron fuentes según las cuales el banco, que está trabajando para reavivar su fortuna tras una serie de escándalos y fuertes pérdidas, era el denunciante.

Preguntada sobre si Credit Suisse había presentado la denuncia, una portavoz dijo que el banco no hacía comentarios sobre procedimientos en curso.

Los portavoces de los fiscales federales no respondieron inmediatamente a una solicitud de confirmación de que los procedimientos en el caso estaban activos.