FRÁNCFORT, 14 feb (Reuters) - Los inversores de Credit Suisse temen que quede por delante un largo camino para que el banco vuelva a la senda de la normalidad, tras una serie de escándalos que han mermado su valor de mercado en miles de millones y han aumentado la presión sobre la directiva.

Aunque el segundo banco de Suiza afirma que puede crear valor sirviendo a sus clientes ricos con "cuidado y espíritu empresarial", el mercado aún no está convencido y el precio de sus acciones ha caído casi un tercio en un año, borrando unos 10.000 millones de francos suizos (11.000 millones de dólares) de su valoración.

Mientras tanto, otros grandes bancos europeos, animados por la perspectiva de subidas de los tipos de interés, se han revalorizado casi un 50% en bolsa durante el mismo periodo, con la comparativa con su rival suizo UBS dejando a Credit Suisse por los suelos.

"Credit Suisse tiene una larga lista de escándalos y problemas", dijo sobre el banco Stefan Sauerschell, inversor de bonos de Union Investment, fundado en 1856 y que dice tener 48.770 empleados y 3.510 gestores de relaciones en todo el mundo.

"Siempre que pensábamos que el proceso de gestión se mejoraría, llegaba el siguiente golpe. Si hubiera otra pérdida de más de mil millones, sería una catástrofe", añadió Sauerschell.

Sin embargo, las cosas no mejoraron la semana pasada, cuando Credit Suisse informó de una pérdida trimestral peor de la esperada de 2.200 millones de dólares, advirtiendo de las sombrías perspectivas para 2022, cuando dijo que los beneficios se verán afectados por los costes de reestructuración y los salarios.

Estas perspectivas hicieron caer aún más sus ya maltrechas acciones, después de un año en el que el banco acumuló una pérdida de 1.600 millones de francos suizos como resultado del colapso de 10.000 millones de dólares en fondos de financiación de la cadena de suministro vinculados a la insolvente firma financiera británica Greensill, además de un impacto de 5.500 millones de dólares por la implosión del fondo de inversión Archegos.

El asesor de voto para accionistas (o 'proxy advisor' en inglés) Ethos criticó la decisión de Credit Suisse de no hacer públicos los resultados de su investigación sobre el asunto Greensill.

"El banco debería restablecer la confianza con sus accionistas y partes interesadas proporcionando transparencia sobre las raíces y las causas de los problemas", dijo Vincent Kaufman, de Ethos, en una respuesta por correo electrónico con Reuters.

Thomas Gottstein, que se convirtió en consejero delegado de Credit Suisse en 2020, dijo tras la publicación de resultados de esta semana que confía en estar bien posicionado para crecer y que la gestión del riesgo está en "el núcleo de su ADN".

Credit Suisse no quiso hacer más comentarios.

Sin embargo, los inversores y los analistas no están convencidos, después de oír hablar de un cambio en la forma en que el banco paga a los estratos más altos de su personal, junto con un empeoramiento del negocio y unas perspectivas sombrías.

"Están en una situación muy difícil. Hemos visto que los problemas con Greensill y otros casos se filtran al negocio, ralentizándolo", dijo Andreas Venditti, analista del banco suizo Vontobel, sobre la situación de Credit Suisse.

"Al mismo tiempo, el banco tiene que pagar más dinero para mantener a su personal. Aunque esto podría mantener al personal contento, al mercado no le gustan los costes más altos. Y las perspectivas son poco halagüeñas".

Aunque Credit Suisse redujo su fondo de bonificaciones, suavizó el golpe para sus propios banqueros al tomar la inusual medida de pagar cientos de millones en efectivo por adelantado, al tiempo que redujo la cantidad de acciones que les concede.

Los banqueros de más alto nivel, que según el banco han asumido una mayor proporción del recorte de las primas, recibieron 799 millones de francos suizos en pagos en efectivo, frente a los 59 millones de francos de 2020.

ESQUELETOS EN EL ARMARIO

Moody's ha señalado esta semana su preocupación por la disminución de los flujos de dinero en Credit Suisse, advirtiendo que podría arrastrar los ingresos y señalando las presiones en la gestión de la riqueza, los costes de reestructuración y las mayores retribuciones al personal.

"Esperamos que los resultados de 2022 sean débiles", dijo la agencia de calificación crediticia, mientras que los analistas de Citigroup dijeron que es "difícil encontrar algo positivo" en los resultados más recientes, aunque ven valor a largo plazo en las acciones de Credit Suisse.

El pasado del banco sigue persiguiéndolo, lo que hace más difícil reparar una imagen que es fundamental para mantener a los clientes ricos.

Su reputación vuelve a estar en entredicho en el primer juicio penal contra un gran banco en Suiza, en el que Credit Suisse y un antiguo empleado se enfrentan a la acusación de haber permitido a una supuesta banda búlgara de traficantes de cocaína blanquear millones de euros, algunos de ellos metidos en maletas.

Credit Suisse ha rechazado todas las acusaciones, mientras que su empleado niega haber actuado mal.

El juicio ha suscitado un enorme interés en Suiza y está previsto que declaren más representantes de Credit Suisse, con los inversores muy atentos.

"Necesitan (...) asegurarse de que ya no tienen ningún esqueleto en el armario", dijo un analista, que pidió no ser nombrado, sobre lo que Credit Suisse debe hacer ahora

"Se han colocado en una posición en la que no se les da el beneficio de la duda".

(1 dólar = 0,9278 francos suizos)

(Información adicional de Hakan Ersen en Fráncfort, Sujata Rao en Londres y Oliver Hirt en Zúrich; redacción de John O'Donnell; edición de Alexander Smith; traducción de Darío Fernández)